hoy hace medio año que el salón del plenos del Ayuntamiento de Almassora se tiñó de rojo socialista para acompañarme durante la sesión de investidura como alcaldesa. El mismo rojo socialista impregnó ayer Almenara durante el III Congreso del PSPV provincial. Los valores democráticos y de progreso que queremos para las instituciones en las que gobernamos son los que predominaron en este foro que aupó a Ernest Blanch a la secretaría general de la provincia, al tiempo que mis compañeros elegían a quienes fortaleceremos el partido desde hoy mismo.

Y me incluyo porque estoy firmemente convencida de que desde la secretaría de Industria y Comercio que asumo en esta nueva etapa, Almassora tiene mucho que aportar. No pude estar presente ayer en Almenara, pero mi pueblo tuvo la mejor representación. Los socialistas de Almassora estamos volcados desde ya con el proyecto que dirige Ernest Blanch. Tanto Santiago Agustí, al frente de Extensión Electoral, como María José Tormo, que se ocupará de LGTBI, son una apuesta segura en el nuevo tiempo que ahora comienza.

Almassora tiene que ser, y lo será, una pieza clave en el socialismo integrador de la provincia, un proyecto de trabajo. Nada más y nada menos que trabajo. Si aquel 17 de junio dije en una sala repleta de socialistas que no me dejaran sola en el camino de la Alcaldía, que bajaran conmigo a la calle a escuchar las inquietudes de los vecinos, sé que el tiempo que empieza hoy para el PSPV de la provincia representa precisamente eso: trabajo del día a día para fortalecer el territorio.

Podría aplicar aquí la estrategia del ajedrez a la que tantas veces me refiero: lo importante es avanzar sobre el tablero cada vez que se conquista una casilla. Nunca desandar el camino. Y como en eso, la agrupación socialista de Almassora también tiene que mirar al futuro. No es baladí que en el equipo de 60 personas que ha elegido nuestro nuevo secretario provincial, el PSPV de Almassora aporte a tres representantes entre los que me incluyo. Es la evidencia del compromiso que tenemos con el partido y la firme convicción de que todavía hay mucho que mejorar.

Pero es momento de reivindicar el socialismo sin complejos porque hemos llegado para quedarnos. En este tiempo al frente de los gobiernos locales, como dijo ayer el president Ximo Puig, ninguno de los escenarios que pronosticó la derecha se ha cumplido. Lo cotejo con la situación del Ayuntamiento de Almassora y confirmo sus palabras: la estabilidad política, la honradez, el diálogo social y la recuperación de derechos han vencido a la catástrofe económica que vaticinaba el PP, a los conflictos en la calle y en los despachos. Nada de eso ha pasado.

Almassora ha reducido en más de cuatro millones de euros la deuda que dejó el PP, el paro ha bajado en casi mil personas, una decena de grandes industrias se han instalado o ampliado este año en nuestros polígonos, firmar préstamos para pagar expropiaciones irregulares ya no está en la agenda municipal y preferimos invertir en la ciudadanía que endeudarnos con los bancos. Esas son las líneas que suscribe mi equipo. Sé que cuento con el apoyo de Ernest (¡gracias!), al que felicito y deseo acierto en su nuevo mandato. Un último agradecimiento al compañero Francesc Colomer. Su legado queda. ¡Seguimos!