Benicarló vivía ayer un pleno con marcado acento religioso ya que, además de otros puntos en el orden del día, el debate más amplio estuvo vinculado a la aprobación de la declaración de la semana santa como fiesta de interés local; una moción que dejaban sobre la mesa desde el PP benicarlando y que el mismo partido ampliaba con una nueva moción que demandaba que las banderolas con la imagen del Crist de la Mar -símbolo local del Cristo-, fueran colgadas de los balcones del consistorio durante el novenario. Así, el debate sobre los símbolos religiosos y su relación con un espacio público como el ayuntamiento regresaba al plenario con diversas reacciones.

La primera moción, declarar la semana santa benicarlando fiesta de interés local obtuvo el apoyo unánime de todos los partidos al entender y confluir en la finalidad de dar un primer paso en la promoción de una festividad que incluye aspectos arraigados culturalmente en la localidad.

La segunda moción, que consistía en colgar las banderolas de sentido religioso en la fachada del ayuntamiento obtuvo, en cambio, diferentes grados de complicidad. Si bien la moción salía delante con el apoyo del PP, Ciudadanos y el PSOE, quedando la coalición Compromís-ERPV al margen con su voto en contra, la reacción de los partidos que conforman el equipo de gobierno confluyó en algunos puntos.

El portavoz popular, Juan Antonio Maña, destacó que las banderolas cumplían un papel informativo, más que religioso. Barberà, como portavoz de la coalición de izquierdas, Compromís-ERPV, recordaba que la Constitución incide en defender que un espacio público debe mostrarse neutro en cuanto a temas religiosos. Por su parte, el edil socialista Domingo Roca criticó la «politización» de la figura del Cristo, «yo nunca hubiera traído el Cristo a un pleno, el Cristo se lleva aquí», indicaba, señalando el corazón. Benjamín Martí, de Cs, indicaba que se trataba de una manifestación religiosa ligada al hecho de ser benicarlando.