La Federación de Madres y Padres Fampa-Penyagolosa de Castelló apela a la «voluntad» de los maestros para atender a los niños de tres años escolarizados y que «de forma puntual» se orinan en clase. La presidenta de Fampa Penyagolosa, Silvia Centelles, se expresa en estos términos después de que el Síndic de Greuges haya afeado a la Conselleria de Educación que se llame a los padres para que sean ellos quienes atiendan al menor en estos casos. La representante de los padres y madres de alumnos señala que en cada colegio depende de la voluntad del maestro o la maestra el hecho de que se llame o no a los padres. Centelles hace hincapié en que esta tarea «no es competencia» de los maestros y, pese a que apela a la voluntad de los maestros, no elude la necesidad de reivindicar que las aulas contaran con educadores de apoyo que asumieran estas tareas. Desde la Fampa se explica que, al igual que en el resto de la Comunitat Valenciana, al inicio de curso los maestros de los alumnos de tres años hacen una reunión en la que se explica el funcionamiento de la escuela y entre estas indicaciones se comenta que, en el caso de que algún niño o niña no controle aún los esfínteres y se orine en la clase, se llamará a los padres para que acudan a la escuela y lo cambien.

En el caso de que estén trabajando «se avisa algún abuelo, un tío o una tía e incluso hay casos en los que es alguna madre de otro niño quien acude», explica Centelles quien insiste que, pese a las molestias que esto puede ocasionar, «ningún niño se queda sin cambiar».

La representante de los padres y madres de Castelló reseña que este tipo de trabajo no entra dentro de las competencias de los maestros aunque insta a tener «un poco de voluntad por parte de todos» en «casos puntuales» pero sin olvidar la necesidad de que estas clases, la de los niños y niñas de tres años, cuenten con un educador (personal de apoyo) para asumir este tipo de tareas.

Desde la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (Csif) en Castelló, apuntan que el llamar a los padres o madres para que acudan a cambiar al menor si se ha orinado en clase es «algo común y, de hecho, los propios maestros, como padres, también han de acudir a esas llamadas del colegio». El sindicato señala que, «obviamente, no es un deber del maestro atender estas cuestiones, como no lo es administrar fármacos y, en urgencias, se ven obligados a tomar este tipo de decisiones ante crisis de salud de los menores, si no hay otra alternativa».

Faltan educadores

Asimismo, añaden que es una cuestión de personal. «Si hubiera más educadores de educación infantil se podrían encargar ellos, pero los apoyos de este tipo son escasos, al contrario que pasa por ejemplo en Cataluña donde sí es posible atender a todos los niños porque existen apoyos para todas las clases». «Desde Csif hemos reclamado hasta la saciedad cuantas figuras sean imprescindibles en el aula, por ejemplo, enfermeros escolares para niños con necesidades médicas o educadores de educación especial para otras diversidades. En todo caso, es cierto que aunque sea algo que en Castelló está a la orden del día y es generalizado, que se llame a los padres en los colegios donde no hay apoyos y que acudan a cambiar a sus hijos, no es menos cierto que niños con 3 años suelen tener ya un cierto control sobre sus necesidades y no son tantas las ocasiones en que requieren ayuda», apostillan. «Así pues -señalan- también es importante la educación familiar y el trabajo previo a la llegada al cole para minimizar estas incomodidades».

En definitiva, el sindicato defiende que «no es tarea asumible ni exigible a los docentes y por otro lado la conselleria puede poner más medios humanos de apoyo como sucede en aulas experimentales, de modo que ni profesores ni padres se vean afectados en su jornada laboral al tener que atender las incontinencias».