La crisis económica también ha provocado que se aplace la iniciativa de elaborar bases de datos con el ADN de todos los perros de Paterna, que tenía por objetivo la posible identificación de los dueños de las mascotas que no recogen los excrementos de las calles. La idea nació de la Asociación de Vecinos del barrio de Campamento, que consideraba que al identificar genéticamente al animal podría localizarse al autor de la defecación por el ADN presente en las heces. El alcalde Lorenzo Agustí la calificó de brillante y pidió presupuestos, pero su "elevadísimo coste" ha hecho que se aparque hasta un mejor momento de bonanza para las arcas municipales.

Al ser preguntado por Levante-EMV sobre los resultados de los estudios encargados por el consistorio, el alcalde precisó que el coste de realizar las pruebas de ADN a todos los animales rondaría los 700.000 euros, y eso es "inplanteable" en estos momentos. "Lo realmente caro es censar con un banco genético a todos los perros, porque si no los tienes a todos registrados no se podría hacer la prueba de ADN para descubrir al perro que ha defecado y cuyo dueño no ha recogido el excremento", explicó Agustí, quien añadió que también habría que buscar la "fórmula legal" para que todos los propietarios de perros censaran obligatoriamente a los animales.

El alcalde del Partido Popular, que realizó estas declaraciones durante la presentación de la nueva gestión del albergue canino, explicó que comunicó a la entidad vecinal que "el ayuntamiento podría asumir los costes de las pruebas en diferentes fases, pero ahora es implanteable este gasto y así se lo voy a plantear a la entidad. Ahora es un momento difícil y hay que priorizar".

El ayuntamiento solicitó presupuestos tanto al Instituto Valenciano de Infertilidad y al Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias para saber el coste de cada análisis de los excrementos, que "no es barato", pero que se podría asumir realizando pruebas conjuntas o por lotes, para abaratar. La Universidad del País Vasco mantiene un banco de ADN canino y las pruebas costaban 45 euros.