Aunque tiene apenas un kilómetro de longitud, el Camí de les Corregudes -que separa los términos de Catarroja y Albal- es una de las vías más peligrosas de la zona. Las tres curvas que la integran sin visibilidad, la existencia de un vallado provisional que separa la calzada de un PAI paralizado y se come parte de un carril, las señalizaciones que advierten del peligro poco visibles y el mal estado del firme son algunos de los factores. La falta de acuerdo entre ambos consistorios desde hace años impide que se dé una solución integral a la vía.

A todo ello se une que "los coches van a demasiada velocidad", como coinciden todos los usuarios consultados: madres y padres de alumnos, profesores de los centros educativos de la zona, ciclistas y corredores, que sienten el peligro cada día que pasan. "Los frenazos son constantes y cada dos por tres hay golpes. ¿Es que tiene que morir alguien para que lo arreglen?", comentan. Todos coinciden en la necesidad de que ambos consistorios acuerden de inmediato abordar el problema.

El accidente de un vehículo el lunes, que se empotró contra la valla del colegio Jaume I ha desatado la alarma. El director Vicent Moreno explicó ayer que ha reclamado muchas veces medidas como bandas deceleradoras en la calzada, un radar de velocidad, más control policial del tráfico y, lo más importante, que se retire el vallado del PAI y se arregle la carretera. No en vano, Moreno recuerda que hace siete años otro vehículo impactó en el mismo punto con el centro educativo. Y ayer mismo, cuando un grupo de madres acudía a por sus hijos, un coche salió de la curva y efectuó un movimiento extraño en el que se temió que chocara también.