El Ayuntamiento de Silla está tan endeudado que, si quiere garantizar que los proveedores de servicios municipales cobren por su trabajo, ha de renunciar a recibir el dinero de mano de los usuarios para que, así, no acabe yendo a pagar una antigua factura. El principio de caja única obliga al consistorio a satisfacer sus deudas por estricto orden cronológico, lo que provoca que, en cuanto se realiza un ingreso en las cuentas municipales, el dinero vaya "automáticamente a pagar las deudas más urgentes", aunque deje sin abonar los trabajos más recientes, tal como explica el alcalde, el popular Serafín Simeón.

Para evitar esta situación, el mandatario ha optado por apartar al ayuntamiento del cobro de servicios municipales en todos los casos en los que sea posible. De esta forma, aunque las deudas más ancianas se perpetúen, la localidad puede seguir disfrutando de actividades públicas, "el dinero circula" y no se generan nuevos débitos que perjudiquen aún más la ya maltrecha economía local, acuciada por los débitos y sin liquidez de la que poder tirar.