El abandono del monte, la proliferación del jabalí y las sueltas de perdices de granja han provocado que la población de perdiz autóctona haya disminuido en El Camp de Morvedre en un 60% en los últimos cinco años, según han denunciado los cazadores de la Mancomunidad de la Baronia y ha corroborado la propia Conselleria de Infraestructuras y Medio Ambiente a Levante-EMV.

A esto se suman la sequía que se ha padecido en los últimos años, los incendios y los productos insecticidas que se utilizan en el campo. "Todo ha contribuido a la desaparición de buena parte de población de pelirroja y las acciones que estamos realizando los cazadores para remediarlo no están teniendo el resultado esperado", comentaba el presidente de la Asociación de Cazadores de Algímia d' Alfara, Héctor Ferré.

Desde la propia conselleria se apunta como causa principal de este descenso a "un cambio de hábitat. Cada vez hay más superficie forestal, hay mucho matorral, el monte se hace menos transitable, lo que contrasta con la exquisitez de la perdiz que necesita todo los contrario para criar, un hábitat limpio. Además, este panorama favorece al jabalí cuya proliferación es evidente y es el causante de la desaparición de los huevos y las crías de perdiz", comentaban desde la conselleria.

En este caso concreto, pese al incremento de la caza mayor en la última década, "los cazadores no logran estabilizar la población de jabalí, que continúa siendo una de las principales amenazas de la perdiz autóctona", insistían desde Medio Ambiente.

La merma de pelirrojas ha originado un debate entre los mismos cazadores sobre la conveniencia de las repoblaciones de perdices de granja, que han proliferado en los últimos años como alternativa y posible solución al problema, pero desde la sociedad de cazadores de Algímia se cree que "esto no está contribuyendo a aumentar el número de autóctonas sino todo lo contario, está acabando con la originaria", advertía Ferré.

Sin embargo, no se opina lo mismo desde Estivella, cuya sociedad de cazadores realizó una suelta hace dos años y, desde entonces asegura sí haber notado que el número de perdices se ha incrementado, según apuntaba el presidente de la entidad, Fernando Mateu.

A este respecto, desde la conselleria se opina que la suelta de granja "no contribuye al fomento de perdiz salvaje, pero principalmente porque ésta no se hace bien. La suelta hay que hacerla muy dispersa y bien planificada; dejar que se asiente el animal y desde luego no salir en masa los cazadores cuando haya una suelta a cazarla porque de esta manera cazan a la de granja y también a la autóctona contribuyendo a su merma".

Pese a esto, la conselleria sigue contemplando en sus planes técnicos la repoblación de perdices, como la que se hizo en Gilet el pasado septiembre, en la que se soltaron 50 ejemplares de granja.

Además de estas acciones, desde las sociedades de cazadores de la comarca se están realizando diferentes actuaciones para cambiar la situación y aumentar el censo de pelirrojas. Así desde la sociedad de Algímia se han hecho una docena de sembradas de trigo en bancales abandonados, que "hemos limpiado y adecentado". También se han construido nuevos comederos y bebederos.

Desde Estivella "estamos intentando adecuar el hábitat de la perdiz con sembrados y zonas done pueda beber y comer, y tenemos previsto construir nuevos aljibes y un par de balsas para favorecer a la reproducción y conservación de nuestra fauna", un tema que se tratará en la próxima reunión de la directiva.

También el club de caza de Gilet y los cazadores de Sagunt y Torres Torres están tomando medidas similares para este cometido principalmente, pero además para volver a recuperar el interés y el aliciente en la caza menor que ha ido perdiendo adeptos por la falta de perdices y las enfermedades que padece el conejo.