«Teníamos la vida encaminada. Pero ocurrió esta desgracia y nos ha destrozado». Florín Colos está desesperado. Tiene que sacar adelante a su familia y no se ve con fuerzas. Hace 17 meses, en concreto el 3 de enero de 2012, a su mujer, Liliana la atropelló un coche cuando cruzaba con sus dos hijos de la mano por un paso de peatones de la zona de la playa de la Fossa, en Calp. La mujer logró apartar a su hija, de nueve años, y a su hijo, de cuatro, también lo salvó del impacto, aunque se cayó y se golpeó la cara con la acera. Pero ella no pudo esquivar al coche. El impacto le destrozó una rodilla y le produjo lesiones en la cadera. «La rodilla se le rompió como una nuez», recuerda Florín.

Liliana sigue sin poder andar y ya ha pasado por un calvario de operaciones. En un reciente informe, el Instituto de Medicina Legal de Alicante apunta que «la esperanza de que su situación mejore es mínima». Sufre grandes dolores, que combate con parches de morfina, y apenas puede caminar. También padece una depresión.

El matrimonio, que es originario de Rumanía, llegó a Calp hace 12 años. Ahora se ven asfixiados. Pese a que no hay dudas de que la culpa del atropello, que fue en una avenida recta y con gran visibilidad, la tuvo el conductor del vehículo, su compañía de seguros, AVUS, no ha abonado todavía la indemnización. El caso está en el juzgado de Dénia. La familia solicitó al juez en enero que estableciera como medida cautelar una pensión provisional.

Florín no se explica por qué se retrasa tanto una indemnización sin la que no pueden salir adelante. Él trabaja, pero debe estar pendiente en todo momento de su mujer. A ella se le saltan las lágrimas cuando recuerda aquel fatídico 3 de enero de 2012. «No sé qué hacer. Necesitamos a alguien que nos ayude, que lleve a los niños al colegio si yo estoy en el trabajo. O eso, o me dejo la faena y no ingresamos ni un céntimo».