Pedro J. Ramírez al desnudo. Seguro que muchos lectores esbozarán una sonrisa ante el título del último libro (editado por Foca) de José Díaz Herrera, un descarnado retrato del controvertido e influyente periodista, "experto en el arte de mentir", dice el autor. Por la casi 700 páginas de la obra, que repasan la trayectoria de Ramírez desde su llegada a la dirección de Diario 16 en 1980 hasta sus devaneos recientes con José Luis Rodríguez Zapatero, atraviesan algunos personajes valencianos. El que más asoma la cabeza es el ex presidente de la Generalitat Eduardo Zaplana. Lo que el libro refleja del vínculo entre el ex alcalde de Benidorm y el protagonista de la obra es una relación de sumisión hacia este.

"He visto a Eduardo Zaplana decir todo el tiempo que sí", cuenta uno de los albañiles que trabajó en la casa en Mallorca del director de El Mundo, sobre el que concluye: "Este hombre manda más que un ministro". Y Díaz Herrera recuerda que tras el estrambótico episodio del asalto a la piscina, Zaplana sostuvo argumentos "parecidos" a los de aquél, que dijo que le había recordado escenas de la Guerra Civil.

La teoría de la conspiración

La cercanía de pensamiento entre ambos es nota destacada en el pasaje que revisa la línea del periódico dirigido por Pedro J. tras el 11-M. O sea, la teoría de la conspiración. Según el autor, las 200 preguntas presentadas por el PP en el Congreso en 2006 estaban algo más que inspiradas en la línea editorial del periódico. "Coincidían incluso en su redacción", dice. Así que Díaz Herrera escribe que cuando Zaplana presentó otras 200 preguntas más porque "no sabemos prácticamente nada [del 11-M]", le faltó agregar que el Parlamento tenía que contestar rápido o "el director de "El Mundo" se enfada".

El autor asegura asimismo que Zaplana y Pedro J., junto con Ángel Acebes y Pedro Arriola, fueron los que aconsejaron a Aznar mantener la duda sobre la autoría del atentado hasta el 14 de marzo, día de las elecciones de 2004.

Y así cuando tras la derrota del PP en 2008 el ex ministro dejaba la política -estaba, dice, "peleado a muerte con Rajoy desde el inicio de la legislatura"- Ramírez lo despide calificándolo como uno de los mejores del partido.

Las relaciones entre ambos venían de lejos, de cuando el valenciano mandaba en el Palau. Atribuye Díaz Herrera a Zaplana ser el primer presidente autonómico del PP que descubrió "la sensibilidad innata, el talento oculto y la fuerza expresiva" de Agatha Ruiz de la Prada, algo siempre muy valorado por Pedro J. Resultado del hallazgo, relata: un encargo del Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) para un vestido de novia confeccionado con azulejos -la vinculación de la diseñadora con el museo no ha cesado- y la contratación para diseñar un parque infantil en Terra Mítica.

La tesis del autor del libro es que el objetivo principal en la trayectoria del director es influir en los gobernantes. "Tú has hecho el programa del partido, has sido ministro y eres sin duda la persona más valiosa para disputar el puesto a Rajoy". Esto es, según Díaz Herrera, lo que dijo Ramírez a Juan Costa para que se lanzara a pelear por la presidencia nacional del PP, algo que finalmente quedó sólo en una intentona.