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La juez del caso Polop ha comen?zado a tomar declaración esta semana a personas allegadas a Alejandro Ponsoda y que ya fueron interrogadas en calidad de testigos por la Guardia Civil. Dos de las personas que han pasado esta semana por el despacho de la juez han sido la vecina y una prima de Ponsoda.

Una de las vecinas de Ponsoda relató a la juez que el alcalde, de quien era amigo desde la infancia, le había contado que tenía proble?mas en el ayuntamiento y que tras ganar las elecciones de 2007 le dijo que "ojalá no hubiera ganado".

En distintas conversaciones, Ponsoda le reveló que Cano continuamente le humillaba y le falta?ba al respeto. Ella le recordó que el alcalde era él, a lo que el otro replicó: "No sabes lo peligroso que puede llegar a ser Juan Cano." La mujer relató que el ex alcalde detenido tiene un carácter fuerte y avasallador, muy acostumbrado a dar órdenes y que le obedezcan.

Durante las últimas semanas había visto a Alejandro preocupa?do y hasta llorando, pero no quería contar lo que le ocurría. La noche que le mataron había quedado en acercarse a casa de ella y contarle todo lo que le inquietaba. Nunca llegó a hacerlo.

La mujer, que trabajaba en Protección Civil, relató un incidente que tuvo con Cano durante el entierro de Ponsoda, porque este cuerpo había tenido un papel muy activo en el funeral. Esto había molestado al entonces alcalde, que lo calificó como "circo". La mujer relató que el día que dispararon a Ponsoda le estaba atendiendo hasta que llegó el Samu. Cano llegó al lugar del crimen y dijo "no será para tanto". No estaba nervioso ni manifestaba ninguna emoción.

La juez tomó declaración a una prima de Alejandro Ponsoda, que es?tuvo trabajando en el ayuntamiento. La prima relató que cuando aún Alejandro Ponsoda estaba en el hospital ingresado y no había fallecido, Juan Cano empezó a remodelarse el despacho de la al?caldía. La explicación que dio es que no quería recuerdos de Alejan?dro.

El día del entierro, el ayuntamiento comenzó a poner las luces de Navidad y ese día las calles de Polop estaban más iluminadas que nunca, aseguró. De todas maneras, señaló que Juan Cano ni siquiera dio el pésame a la familia tras el entierro y que no les quería ver por el ayuntamiento.