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"Uno debe poder dormir tranquilo, ir con la cara alta por la calle y, sobre todo, que sus hijos estén orgullosos de uno". Con estas palabras, el director del Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad (MuVIM), Román de la Calle, justificó su dimisión ayer en el cargo al no compartir la decisión de la Diputación de Valencia, que preside Alfonso Rus, de "censurar" diez fotos, especialmente las relacionadas con el caso Gürtel, de la exposición "Fragments d'un any. Fotoperiodistes valencians 2009", inaugurada el jueves en la sede del MuVIM. Después de que el viernes se descolgaran las imágenes vetadas por el PP y que la Unió Periodistes, organizadora de la muestra, decidiera retirarla, ayer De la Calle anunció su dimisión. Lo hizo en la inauguración del Congreso Internacional de Estética de la Memoria. El catedrático de Estética respondió con un bello e insólito gesto en España, la dimisión, a una de las más feas medidas en política.

"Yo tenía que dimitir por dignidad. Soy catedrático de Estética y no podía dejar de repetir aquellas palabras del profesor Valverde, 'nulla aesthetica sine etica' ('no hay estética sin ética')", manifestó De la Calle, quien enfatizó que no podía ser "partícipe de ninguna mengua de libertad de expresión" en la entidad que dirigía. Para colmo, la diputación pretendió "involucrarlo" en la decisión al comunicar el viernes que la medida había sido tomada por el diputado de Cultura, Salvador Enguix, y por el director del museo. "Esto era ya el colmo del sadismo", se indignó. Ayer, antes de anunciar su marcha, el también presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos remitió una carta a Enguix comunicándole su determinación. En la misiva le agradece que, en declaraciones a Levante-EMV el viernes, asumiera en exclusiva el acto censor pero deja claro que Enguix fue un "transmisor", no el responsable.

De la Calle, quien declaró que la medida, con la que no tuvo "nada que ver", vino "desde arriba", señala en la carta al vicepresidente y responsable de Economía de la diputación, Máximo Caturla. Éste, tal como informó este periódico, la noche del jueves, al visitar la muestra junto con Enguix, trasladó al responsable del museo y al presidente de la Unió de Periodistes, Joaquim Clemente, su enfado por las instantáneas que retrataban 2009, entre ellas, imágenes de Camps, Costa y Rambla abrochándose los trajes en las sesiones de las Corts por el caso Gürtel, el paso del jefe del Consell por el TSJ o El Bigotes. "Mi suerte ya estaba echada desde que escuché -a tu lado, diputado Enguix, aguantando a pie firme y observándote enmudecer- las intervenciones en cadena del diputado Máximo Caturla". Acto seguido, De la Calle parece apuntar más alto, en concreto, al propio presidente Alfonso Rus, cuando desliza: "Era la primera vez que [Caturla] venía a las inauguraciones del museo. ¿Azar o cálculo?".

Enguix le correspondió con un comunicado en el que le agradece su trabajo desde febrero de 2004 y valora la "fórmula MuVIM", que De la Calle ha definido como "ninguna exposición sin reflexión". "Ha sido una cacicada total, una prepotencia, una irracionalidad de consecuencias imprevisibles", censuró el ex responsable del museo que, al ser inquirido sobre la gran repercusión de las instantáneas que se ha intentado vetar, respondió: "Es imposible pensar que haya políticos tan cortos de vista. Apagar una colilla con un bazoka lleva más efectos que pisarla con el pie".

El ya ex director del MuVIM recordó además que la exposición de fotoperiodismo, que se venía celebrando desde hace varios años sin problemas, fue una "sugerencia" en su día del actual vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, y del ex titular de Cultura de la corporación provincial y diputado en Madrid, Vicente Ferrer. A éste último, que fue quien lo fichó, le telefoneó para comunicarle la decisión. Las imágenes eran "normalísimas, después del año que ha habido en la Comunitat" y la selección, confesó, se hizo "con continencia".

Despedida emotiva

En el Congreso de Estética, De la Calle no pudo contener la emoción cuando todos los presentes, personal del museo y asistentes de numerosas universidades, puestos en pie, le tributaban una ovación al final de su intervención. El ex titular del museo se refirió a las "paredes vacías" de la muestra que ya no podría verse en el MuVIM y hasta se permitió alguna ironía al aludir al "desmadre de 'Mínimo', perdón, Máximo Caturla".

El museo que creó Manuel Tarancón

Los actuales responsables de la diputación no pudieron elegir peor escenario para imponer la censura, un acto en sí de oscuridad frente a la razón: el Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad, homenaje al movimiento surgido en el "siglo de las luces" . Fue el legado que quiso dejar el ex presidente de la corporación provincial y ex conseller de Cultura, el desaparecido Manuel Tarancón. Posteriormente, con Vicente Ferrer, quien fichó en 2004 a Román de la Calle, el centro adquirió otra dimensión, logrando siete premios nacionales y abriéndose a exposiciones de diversa temática, entre ellas, la fotografía, el arte contemporáneo y el diseño.