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La recesión económica que se llevó por delante el proyecto original de construir una estación intermodal (nudo de conexiones) del AVE en Alicante amenaza ahora con dilatar en el tiempo la construcción de la futura terminal, ya que la sociedad Avant (Ayuntamiento, Generalitat y Adif) busca un socio privado que la construya en plena crisis, a cambio de su gestión.

El adiós de Riofisa, la sociedad que iba a construir la estación en un principio bajo el modelo "Vialia" (obra física a cambio de gestión posterior), hizo que Fomento asumiera su ejecución a cargo de su presupuesto. Redactó un nuevo proyecto y ahora se lo ha encargado a la sociedad Avant que debe buscar financiación privada, volviendo al plan original. De esta forma la estación se convierte en la primera gran obra afectada por el ajuste presupuestario del Gobierno, a diferencia de la de Valencia, que sí se erigirá con dinero público.

El Ministerio de Fomento mantiene la fecha de 2012 para que el tren de Alta Velocidad sea una realidad en Alicante pero todavía no ha conseguido la financiación -unos 74 millones de euros- para pagar la entrada en superficie -300 metros en trinchera y 700 a cielo abierto-, aunque desde la sociedad Avant aseguran, sin atreverse a dar una fecha, que el acuerdo con las entidades financieras es inminente.

La crisis y el fallecimiento del director de la sociedad, Miguel Garulo, paralizaron una negociación que no se reactivó hasta diciembre, cuando tomó posesión el nuevo responsable, Francisco Javier Martínez-Barco.

La sociedad Avant -cuyo Consejo de Administración deberá aprobar la inversión de 74 millones que hoy no tiene- trabaja ya a contrarreloj para que el Gobierno pueda cumplir con su compromiso y el viaje en tren entre la provincia y Madrid pueda hacerse en AVE a partir de 2012. Nadie en Adif cuestiona la fecha dada por el ministro José Blanco y el presidente Zapatero pero, hoy por hoy, Avant no tiene cerrado el crédito para culminar la entrada del AVE.

La nueva estación de Alicante será intermodal (tren, autobús y tranvía), no constará un euro a las arcas públicas pero será más humilde que la que se anunció en pleno "boom" de la construcción.