La conselleria de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda ha presentado "observaciones" contra la pretensión del Ayuntamiento de Zarra de albergar en su municipio un almacén de residuos nucleares justo en el mismo emplazamiento en el que autorizó un polígono "industrial medioambiental" promovido por Sedesa y Llanera especializado en el tratamiento de residuos e incluso pre-autorizó la instalación de una incineradora de residuos tóxicos.

La conselleria hizo público ayer el contenido del informe en el que presuntamente el Consell se pronuncia en contra de la candidatura de Zarra a albergar el Almacén Temporal Centralizado (ATC) de Residuos Radioactivos . La existencia del citado informe fue desvelada el pasado lunes por el conseller de Infraestructuras de la Generalitat Valenciana, Mario Flores, que apoyó en este escrito la posición del Consell, supuestamente contraria al almacén nuclear.

Sin embargo, el informe enviado por la Generalitat Valenciana al Secretario de Estado de Energía y Presidente de la Comisión Interministerial para la selección del emplazamiento del ATC y su centro tecnológico asociado, Pedro L. Marín, no es ni siquiera un escrito de alegaciones, sino "observaciones" que chirrían con la pronunciamientos anteriores de la Generalitat, que autorizó un Programa de Actuación Integrada (PAI) para instalar un "Polígono Industrial Medioambiental" en la misma parcela que el Ayuntamiento de Zarra ha presentado ahora como candidata al ATC.

Según el texto facilitado ayer por la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda, el Gobierno valenciano admite que la mayor parte del término municipal de Zarra "está formado por materiales arcillosos y evaporíticos pertenecientes al Triásico superior (tipo Keuper), que suelen ser garantía como barrera geológica para evitar la propagación de contaminantes por el subsuelo".

"No obstante-añade- su comportamiento geotécnico no es bueno, sobre todo cuando hay cierta pendiente en el terreno-riesgo de deslizamientos y procesos erosivos internos) o cuando aparecen arcillas expansivas o niveles de yeso que favorecen la corrosión del hormigón".

Este informe contrasta con el que autorizó en 2005 una "Zona Industrial de 860.000 metros cuadrados en la que se preveía un almacén de residuos industriales y una incineradora de Residuos Sólidos Urbanos.