El presupuesto de la Universitat de València para el año 2011 será "muy restrictivo" y se verá afectado por "una nueva congelación", explicó ayer el vicerrector de Economía, Máximo Ferrando, a los miembros del primer claustro que preside, como rector, el catedrático Esteban Morcillo tras su elección en marzo pasado.

El vicerrector Ferrando indicó que el escenario económico universitario puede ser de déficit o de superavit, dependiendo de factores como la puntualidad en el cobro de la subvención ordinaria de la Generalitat o el porcentaje que se adopte de subida de tasas. Con el enfoque pesimista sería de menos 3,24 millones y con el optimista supondría más 5,06 millones de euros. En 2010, el montante ha sido de 370,59 millones, un 2,98 por ciento menos respecto a 2009 (que ya fue de un 10% menos sobre 2008), a lo que hay que añadir el recorte del 5% del salario del personal.

La larga sesión registró la aprobación tanto del informe de gestión del rector (94 síes, 6 noes y 14 en blanco) -que fue defendido por Morcillo aunque el trabajo que se evaluó fue el de 2009, correspondiente a su antecesor, Francisco Tomás- como del Plan Operativo 2011, donde se incluye el documento orientativo sobre la política general universitaria y presupuestaria para el próximo ejercicio.

El rector destacó que, pese al contexto socioeconómico, su Universitat ha mejorado los indicadores tanto de docencia como de investigación. Así, se refirió al incremento de la matrícula estudiantil en los dos últimos cursos, el avance en el campus de excelencia 2010, así como el proceso electoral, en el que compitió con otros tres candidatos a los que consideró "compañeros y amigos". De hecho, Vicent Soler, Antoni Furió y María Antonia García Benau asistieron a la reunión de ayer.

Precisamente, el colectivo que organizó la mayoría de asambleas electorales (integrado por personal docente y administrativo además de alumnos, próximos a lo que se conocía por el Bloc) se pronunció en el claustro, en la voz del catedrático Francisco Montes, quien expresó su preocupación por el futuro del Servei de Publicacions.

"Apoyamos al equipo rectoral ante las presiones de otras instituciones como la Generalitat" señaló Montes. En su opinión, la Universitat "como servicio público" debe ser "participativa y referente cívico" lo que, según dijo, implica información "algo de lo que no estamos muy satisfechos" subrayó.

La situación económica y los efectos de la crisis sobre los presupuestos centró la sesión. El rector expresó que el Consell mantiene una deuda con la Universitat de casi una anualidad y que la subvención ordinaria se ha reducido un 1,03% este año. Pero "si la Generalitat cumple los plazos de pago, el saldo de caja será positivo al final de año" aseguró Morcillo. Además, al no existir todavía un plan plurianual de financiación "se desconoce con certeza cuál será la subvención ordinaria de la Generalitat para 2011" concluyó.

Mientras, el vicerrector explicó que el recorte mayor será en "el ladrillo" -inversiones en infraestructuras- o en gastos de funcionamiento innecesarios de energía y telecomunicaciones. No habrá ahorro en plantilla porque habrá profesores que promociones o con nuevos trienios y, por necesidad de los grados, crecerá la plantilla.

"La deuda de la Generalitat a la Universitat es, ahora, de 201,6 millones" apuntó Ferrando quien recordó que el Consell ha pagado lo acordado pero "no en las fechas previstas".

Esteban Morcillo evita

pronunciarse sobre

el plan del Cabanyal

De la mano de estudiantes y del plan municipal del Cabanyal le vino la primera situación controvertida al nuevo rector de la Universitat de València, Esteban Morcillo, en el claustro de ayer. Los jóvenes de EUPV del grupo A Contracorrent pidieron que este órgano de participación se pronunciara sobre un manifiesto, avalado por firmas de 40 claustrales y entre ellas las de los tres ex candidatos al cargo, en el que se solicita apoyo a las movilizaciones contra los derribos y para recuperar el patrimonio del barrio.

El rector expresó que ésta es una cuestión que "está en los tribunales, por lo que es sub iúdice" y "por respeto a las instituciones no quiero que una decisión de la Universitat sea entendida como una forma de hacer presión por nuestra parte".

Esteban Morcillo, que en la misma sesión habló de "prudencia por ser una institución científica", añadió que "el rector estará siempre con cualquier decisión que adopte el claustro, pero éste es un manifiesto que se ha presentado hace cinco minutos". De hecho, al no estar el punto fijado y ser el reglamento interno del claustro muy estricto -señala que debe ser un 10% de los claustrales los que en tiempo y forma demanden su inclusión en el orden del día- podría ser recurrido.

Morcillo recordó que la Universitat ya se ha pronunciado en contra de los derribos del Cabanyal -ninguna siendo el rector-, por lo que la petición acabó incluida en el Plan Operatiu 2011 para ser analizada en el Fòrum de Debats.

El debate sobre la enseñanza en valenciano no se escapa de las discusiones del claustro de la Universitat de València, entre otros motivos porque, tras más de 25 años reivindicando una mayor presencia de la lengua autóctona en sus aulas, las cifras muestran que sólo un treinta por cien de sus alumnos la reciben en la mitad de sus clases, según el reciente informe de la Acadèmia Valenciana de la Llengua. Nueve tesis se leyeron en 2009 en este idioma.

A pesar de que el rector Esteban Morcillo evaluó ayer positivamente la situación del valenciano en la institución, basándose en los datos de este informe, algunos profesores y alumnos insistieron en la necesidad de "fomentarla".

El profesor de Sociología Ernest Cano lamentó que los cursos de postgrado "son un agujero negro", en cuanto a la impartición en valenciano y, aunque el profesorado asume la docencia en esta lengua, "hay que promover que se escriba en ella tanto en el ámbito docente como en la investigación porque es tan digna como cualquier otra lengua", afirmó. También mostró su preocupación sobre cómo el recorte presupuestario puede afectar negativamente en su promoción. El alumno del BEA, Joan Felip Colomer, exigió una mayor implicación del equipo rectoral en la promoción del valenciano. Según explicó, se dan casos, como en Farmacia, donde, en primero, el grupo de valenciano ha sido reemplazado por uno en inglés y en Políticas ha desaparecido.

Profesores y alumnos reclaman más docencia en valenciano

El debate sobre la enseñanza en valenciano no se escapa de las discusiones del claustro de la Universitat de València, entre otros motivos porque, tras más de 25 años reivindicando una mayor presencia de la lengua autóctona en sus aulas, las cifras muestran que sólo un treinta por cien de sus alumnos la reciben en la mitad de sus clases, según el reciente informe de la Acadèmia Valenciana de la Llengua. Nueve tesis se leyeron en 2009 en este idioma.

A pesar de que el rector Esteban Morcillo evaluó ayer positivamente la situación del valenciano en la institución, basándose en los datos de este informe, algunos profesores y alumnos insistieron en la necesidad de «fomentarla».

El profesor de Sociología Ernest Cano lamentó que los cursos de postgrado «son un agujero negro», en cuanto a la impartición en valenciano y, aunque el profesorado asume la docencia en esta lengua, «hay que promover que se escriba en ella tanto en el ámbito docente como en la investigación porque es tan digna como cualquier otra lengua», afirmó. También mostró su preocupación sobre cómo el recorte presupuestario puede afectar negativamente en su promoción. El alumno del BEA, Joan Felip Colomer, exigió una mayor implicación del equipo rectoral en la promoción del valenciano. Según explicó, se dan casos, como en Farmacia, donde, en primero, el grupo de valenciano ha sido reemplazado por uno en inglés y en Políticas ha ­desaparecido. m. ducajú valencia