Bajo el influjo del patrón de España, el Apóstol Santiago, y a casi mil kilómetros de Valencia compartieron fotografía el presidente de la Generalitat, Francisco Camps y el líder nacional del PP, Mariano Rajoy, seis meses después de la última vez que fueron enfocados a la vez. Fue ayer, en Santiago de Compostela y con motivo de la reunión del comité ejecutivo de los populares con el que han iniciado el nuevo curso político.

El saludo fue poco efusivo. La frialdad en el lenguaje corporal se plasmó en un austero apretón de manos. Porque Rajoy tropezó con Camps. Fue todo lo que se llevaron los redactores gráficos que aguardaban el encuentro entre ambos. Después compartieron corro. El presidente valenciano llegó antes a la reunión y no en la comitiva que acompañó al presidente nacional del partido. Al clásico arranque de la nueva temporada política en la Comunitat Valenciana, que este año tuvo como escenario el restaurante Canor de Teulada (Marina Alta) no asistió ni Rajoy ni la secretaria general popular, Dolores de Cospedal.

La foto de ayer no se producía desde las pasadas fiestas de Fallas -fue en la mascletà, en el balcón del ayuntamiento-y llega una semana después de que trascendió el informe de la Brigada de Blanqueo de Capitales de la UDEF que apuntalaba la tesis policial y fiscal de que el PP abonó a la trama Gürtel con dinero negro gastos de organización de actos suyos, así como la financiación ilegal de los populares por parte de varios empresarios contratistas de la Generalitat.

Estas empresas -Enrique Ortiz, Sedesa o Lubasa, entre otras- aportaron fondos, según los investigadores de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales, para reducir la deuda contraída por el partido con Orange Market y otras firmas de Francisco Correa. Justo antes de salir a la luz el último trabajo policial sobre el caso Gürtel -que rubricaba el triple sistema de financiación "ficticia" del PP, ya apuntado en el informe redactado exactamente un año antes-, elaborado a partir de la información contable incautada a la trama, Mariano Rajoy confirmó públicamente a Camps como el único candidato posible a la Generalitat.

La aceptación de Génova

Lo anunció dos días después de la cena de Teulada y en una entrevista en las páginas de este diario. El encuentro entre Camps y quien mantiene con él un compromiso personal de apoyo desde que el jefe del Consell apuntaló al líder nacional cuando desafiaron su liderazgo en el congreso nacional celebrado en Valencia, se produjo dentro de los márgenes que perfilan públicamente esta relación política desde que estalló el escándalo Gürtel: ambigüedad. La que se ha querido emitir en los últimos meses, en especial desde que en mayo el Tribunal Supremo, primero, y el TSJ de Madrid, después, levantaron el archivo de la causa de los trajes y trasladaron buena parte del caso a Valencia a la vez que ampliaron los posibles delitos para incluir el electoral y financiación ilegal, contra la hacienda pública o falsedad documental, entre la media docena de tipos penales que se incluyeron.

En vista de que la dirección nacional de Génova no destacaba por sus muestras de apoyo a Francisco Camps, ni en apostar por su candidatura a la Generalitat, éste tomó la decisión de convocar una reunión sui generis de la plana mayor del partido en el Palau de la Música y designar a todos los equipos de campaña, que era como proclamar implícitamente que el candidato era él. Si el presidente nacional no se ha prodigado en apoyos a Camps, menos lo ha hecho De Cospedal, quien desde que fue elegida secretaria general en el congreso de 2008, en la Feria de Muestras de Paterna, no ha pisado la Comunitat Valenciana.