Apenas 28 municipios valencianos recaudaron el año pasado más de mil euros por habitante según las cuentas del Ministerio de Economía y Hacienda, que a estas alturas de 2010 únicamente ha recibido información de las liquidaciones presupuestarias de 328 de los 542 ayuntamientos de la Comunitat Valenciana, poco más del 60%.

Los ingresos por habitante no son sinónimo de presión fiscal, sino de riqueza de un municipio. Así los tres ayuntamientos valencianos que ingresan más de 4.000 euros al año per cápita, Benagéber, Cofrentes y Guardamar de la Safor, destacan por tener dentro de su término un vecino rico como un pantano, una central nuclear o el turismo.

Benagéber recaudó el pasado año en impuestos un total de 5.245,79 euros por vecino. El alcalde de este municipio de la Serranía, el socialista Rafael Darijo, explica que gran parte de los 744.902 euros que ingresaron las arcas municipales el pasado ejercicio provienen de la contribución del embalse, que tributa como Bien Inmueble de Características Especiales (Bices).

El Bices, un IBI especial

Así, la ley considera Bices los destinados a la producción de energía eléctrica y gas y al refino de petróleo (centrales nucleares, parques eólicos...); Las presas, saltos de agua y embalses, incluido su lecho o vaso, excepto las destinadas exclusivamente al riego; las autopistas y túneles de peaje, así como los aeropuertos y puertos comerciales. Darijo explica que el cobro de este IBI especial "es producto de una larga lucha que inició en la pasada década la Federación de Municipios con Embalses y Centrales Eléctricas, que tuvo que llegar al Supremo para ver reconocidos sus derechos". Las primeras sentencias favorables llegaron en 2001, y los ayuntamientos "lo cobran desde hace seis años años, siendo Cortes de Pallás el primero que lo hizo". Este ingreso, según el alcalde, permite que este municipio que cuenta actualmente con más de 150 vecinos, pueda "dar servicios a los ciudadanos y realizar obras sin necesidad de endeudarse".

Guardamar, por su parte, ha urbanizado su playa en los últimos 7 años, siendo adquiridas la mayoría de viviendas por personas que no están empadronadas, por lo que el consistorio tiene muchos más contribuyentes que vecinos que vivan todo el año allí. Municipios pequeños del interior, con mucha población flotante en verano que tiene casa en el pueblo, como Cirat o Gaibiel estarían en la misma situación.

Entre estos 28 municipios que más recaudan sólo hay uno de más de 20.000 habitantes, y es Benidorm, la capital del turismo por excelencia. El 46% de los ayuntamientos ingresa más de 500 euros por vecino, mientras que 89 - el 27% de los que se dispone información-, recauda menos de 400 euros. Los que menos ingresan por habitante son Faura, Emperador y la Salzadella.

Los impuestos de los 542 municipios suman 5.100 millones

De los más de 5.100 millones que esperaban ingresar los 542 municipios de la C. Valenciana en 2009, aún no se conocen los datos definitivos de la liquidación presupuestaria, más de 2.027 millones, casi un 40%, deben llegar a través de los impuestos directos e indirectos. La práctica totalidad de este montante, el 96%, descansa sobre cinco puntales: el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), la llamada contribución urbana y rústica; el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (Ivtm), conocido como el rodaje; el Impuesto sobre Construcción, Instalaciones y Obras (ICIO); el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) y el Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana (Iivtnu) o plusvalía, que grava el aumento de valor de los terrenos urbanos en el momento de su venta. Los consistorios valencianos tenían previsto recaudar 1.233,7 millones en concepto de IBI, el 61% del total de ingresos por impuestos, mientas que el rodaje supone el 13,5% de este capítulo, con 273 millones. Los tres impuestos restantes apenas representan el 10% de la carga fiscal municipal, siendo el más destacado el ICIO, con 169,6 millones (el 8%), seguido del IAE, con 124 millones (7%) y la plusvalía, con 124 millones (6%). Estos tres últimos han quedado relegados a posiciones secundarias al verse afectados seriamente por la crisis.