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El Ministerio del Interior ha extendido a la Comunitat Valenciana la alerta por un posible atentado terrorista de corte islamista a raíz de las informaciones recabadas por las agencias de inteligencia estadounidenses y europeas en los últimos días de septiembre y los primeros de octubre. La circular ordenando que se extreme la vigilancia en todo el territorio valenciano llegó a la Jefatura Superior de Policía de Valencia y a la VI Zona de la Guardia Civil el viernes por la tarde, y fue inmediatamente distribuida a todas las comisarías y cuarteles de la Comunitat.

Fuentes de la lucha antiterrorista han puesto el acento en que se trata de una alerta similar a las que se han recibido en otras ocasiones desde Estados Unidos y que, en todo caso, es "muy genérica". De hecho, no hay un solo dato que permita prever un objetivo concreto o una zona de actuación terrorista clara.

Todas las fuentes consultadas han relacionado este aviso con la advertencia lanzada a finales de septiembre por varias agencias de inteligencia occidentales que alertaban de un posible atentado orquestado por Al Qaeda en ciudades de Francia, Reino Unido y Alemania. El cruce de datos entre las distintas unidades antiterroristas de Europa y Estados Unidos no ha permitido concretar más la información, por lo que se ha optado por extenderla al resto de países de la Unión Europea, entre ellos España.

Hasta ahora, y salvo los brutales atentados del 11-M en Madrid, todas las informaciones recogidas y analizadas por el Cuerpo Nacional de Policía, la Guardia Civil y el CNI sitúan a los extremistas asentados en España casi exclusivamente como miembros del aparato de financiación de Al Qaeda.

En todo caso, y aunque todas las fuentes consultadas estiman poco probable en este momento un atentado en alguna ciudad española, sí que se ha comprobado que musulmanes radicales residentes en España han viajado en los últimos años a campos de entrenamiento vinculados con Al Qaeda en Afganistán y otros países de la órbita integrista islamista.

Tres avisos en un año

De momento, tanto la policía nacional como la Guardia Civil han ordenado a sus agentes máxima atención ante cualquier posible señal que pueda hacer intuir una acción por parte de grupos radicales islámicos. Además, se extremará la vigilancia sobre los entornos que frecuentan los grupos más extremistas.

Así mismo, habrá controles más severos en aeropuertos, puertos y estaciones ferroviarias y de autobuses, así como en los accesos a monumentos y centros turísticos. En todo caso, se trata de cumplir al milímetro las directrices sobre seguridad que ya existen en España desde los atentados de Madrid, en 2004, de Nueva York, en 2001.

En el último año, la Secretaría de Estado de Seguridad ha lanzado otro par de alertas similares, todas ellas generadas por las agencias estadounidenses dedicadas a la lucha contra el terrorismo de corte islamista. En ninguna de esas advertencias aparecían objetivos claros, más allá de los que Al Qaeda ha demostrado tener en el punto de mira por sus atentados de los últimos años.