Un ajuste de cuentas en todos los sentidos. La crisis financiera que agobia las arcas del PSPV -soportan la la carga de no menos de media docena de nóminas de primer nivel, empezando por la del secretario general, Jorge Alarte- ha abocado a tener que tomar decisiones drásticas como el despido, por ahora, de hasta seis empleados de la se?de o asesores en las instituciones. Hasta ahí la explicación que ofrece la ejecutiva nacional. Desde los sectores críticos entienden que más que las razones, las circunstancias de penuria económica son la excusa para limpiar de desafectos los espacios de confianza.

La última de las bajas es la de Josep Rizal, asesor en la diputación durante los últimos siete años y avalista de Antoni Asunción en el reciente proceso de primarias. Está sentenciado, pero la orden todavía no habría sido ejecutada, advierten desde el entorno de Alarte, si bien fuentes asuncionistas apuntaron que el relevo ya está consumado y le fue comunicado ayer. Su despido se une así al de Vicent Vercher, también asuncionista y asesor de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP) hasta hace unos días. En la sede de Blanquerías, el partido ha prescindido de una de las trabajadoras que atendía en recepción y centralita telefónica, de un informático, un asesor en las Corts y uno de los empleados adscritos a la Escola Ernest Lluch.

Mata cierra filas con Calabuig

El candidato socialista a la alcaldía de Valencia, Joan Calabuig, y el que fue su rival en primarias, Manuel Mata, se conjuraron ayer en un acto en Radio City -donde Mata arrancó su carrera para intentar ser el candidato- con el fin de propiciar un vuelco electoral en 2011. Asistió el equipo de campaña de Mata.

La secretaria provincial del PSPV de Valencia, Carmen Martínez,manifestó, por su parte, que "tenemos que ganar las próximas elecciones para no solamente abrir las puertas de nuestras sedes al pueblo, sino para abrir las puertas de las instituciones que el PP ha convertido en nidos de corrupción".