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"La más bella historia de amor" que tuvo y tendrá el cantautor Joan Manuel Serrat vuela cada vez menos en la Comunitat Valenciana, donde en 2009 Lucía dejó de ser el nombre de moda entre las niñas nacidas el año pasado al caer un 17% con respecto a 2008. Su reinado "resplandeciente", eso precisamente quiere decir este nombre en latín, se ha apagado después de que hace siete años desbancara a María del número uno de las preferencias de los padres a la hora de dar nombre a sus ojitos derechos.

El relevo lo asume Paula, nombre también latino que significa "pequeña", que aunque retrocedió también un 7% se convirtió en el nombre más impuesto ante el desmoronamiento de Lucía. De las 25.147 niñas que vinieron al mundo el año pasado en las comarcas valencianas, a 706 les pusieron el nombre de Paula. Así pues 28 de cada mil niñas son "Paulas".

Paula y Pablo, su versión masculina, hicieron doblete por primera vez en la historia como los nombres que más gustan entre los padres de la C. Valenciana. Pablo ya había destronado en 2008 a Alejandro de su reinado de 20 años como el nombre más puesto entre los niños valencianos. Este nombre de emperadores, que en griego significa "vencedor", continúa su declive ya que el año pasado retrocedió un 18%.

Pablo también da un paso atrás, un 12%, pero su mayor difusión le mantiene como líder con 24 de cada 1.000 niños. En declive están también otros cuatro de los 10 nombres de niño más utilizados -Adrián, David, Marcos y Javier- que cayeron por encima del descenso de nacimientos de varones, que fue del 8,5%. En este "Top 10" sólo sube el nombre valenciano Marc, que crece un 2%.

El ejercicio pasado fue, en general, un mal año para los nombres en valenciano. Entre los 100 más utilizados sólo se identifican claramente 22 nombres en nuestra lengua propia - 17 de chico y 5 de chica-, de los cuales únicamente suben Adrià, Marc, Jaume, Jordi, Neus y Aitana. Manel y Gerard desaparecen de un listado en el que entran Xavi y Miquel.

Por otro lado, existe una tendencia a primar nombres que se escriben igual en castellano que en valenciano con el fin de evitar conflictos. Esta circunstancia que se repite en muchos nombres, especialmente de mujer, podría explicar la prevalencia de nombres como Daniel que, pese a retroceder un 5%, se mantiene como segundo nombre más impuesto en la Comunitat Valenciana desde 2000, o de su variante femenina, Daniela, que es el tercer nombre de niña que más crece al aumentar un 58%. Un ascenso que permite a este nombre de profeta hebreo, cuyo significado es "Dios es mi Juez", situarse entre los 10 primeros nombres de mujer, donde es el único que sube.

Bajo el influjo del norte

Los nombres en Euskera siguen marcando tendencia ya que el topónimo navarro Leire vuelve a ser por segundo año consecutivo el nombre de chica que más aumenta su difusión. En 2009 se dobló el número de "Leires" al crecer este nombre un 101%. Así, si en 2008 sólo tres de cada 1.000 niñas nacidas en la C. Valenciana llevaba este nombre, el año pasado fueron 8 de cada mil. Cabe recordar que hace dos años este nombre ya avanzó un 86% Además, el segundo nombre que más subió entre las niñas fue la versión en castellano de este topónimo, que se escribe con y griega, que se ha disparado un 59%. Junto al ya citado aumento de Daniela, crecieron como la espuma nombres como Diana (un 53%) y Vega (43%).

Entre los chicos, la palma se la lleva el nombre vikingo Erik, que experimenta un crecimiento del 75% y en 2009 se lo pusieron a cuatro de cada mil nacidos. En segundo lugar se encuentra Mateo, que en el año que se estreno una popular serie en Antena 3 dedicada a las peripecias de un doctor con el nombre del apóstol evangelista, subió un 49%.

Jordi se dispara mientras se hunden Vicent y Josep

Jordi es, tras Erik, el segundo nombre que más creció en términos absolutos en la Comunitat Valenciana en 2009 con 50 "Jordiets" más que el año anterior. En porcentaje este nombre en valenciano aumento un 21%, lo que contrasta con la dinámica de otros nombres arraigados en la onomástica valenciana, como es el caso de Vicent y Josep. El primero ha caído un 30% tras un 2008 histórico, año en el que por primera vez en la historia superó -aunque por un único caso- a su versión en castellano al aumentar un 41%. A Josep tampoco le han ido mejor las cosas pues ha retrocedido un 28%. Las variantes en castellano de ambos nombres, que fueron las más comunes en la C. Valenciana hasta los años 40 del pasado siglo, siguen su lento declive, un 8% menos Vicente y un 12% menos José, lo que prueba que hace años que dejó de ser tradición heredar el nombre del padre. Los que más caen son Ana María, un 45% menos, y Miguel Ángel (-36%), confirmando que son malos tiempos para los nombres compuestos. r. m. valencia