Joan Calabuig, diputado socialista en el Congreso y candidato a la alcaldía de Valencia, podría renunciar a ser el cartel electoral de la ciudad de Valencia por el PSPV. La drástica decisión, que todavía está sopesando, podría producirse en los próximos días si la postura de la dirección socialista de Valencia, que lidera Salvador Broseta, no da un giro de ciento ochenta grados y se abre una nueva etapa de colaboración con el candidato que, según las fuentes consultadas, se siente ninguneado.

La tensión es palpable entre el entorno del secretario general de Valencia y el aspirante a batirse con la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. Calabuig fue proclamado hace menos de un mes en un acto oficial con la presencia del vicepresidente, Alfredo Rubalcaba, tras ganar en las primarias al diputado Manuel Mata.

Fuentes próximas a Calabuig, miembro de la ejecutiva del PSPV, aseguran que el aspirante al Ayuntamiento de Valencia y la dirección socialista mantienen criterios distintos sobre cómo afrontar la campaña electoral, tanto a nivel de estrategia como organizativo.

Calabuig no obtiene facilidades de la dirección para transmitir sus ideas y también se le niega, según las mismas fuentes, los requisitos básicos para dar a conocer su figura en Valencia. Como ejemplo, señalan la diferencia de trato con Elena Martín, la candidata de Alicante, que dispone de todos los medios a su alcance para trasladar su mensaje. De hecho, ya ha comenzado a proyectarse ante la opinión pública mediante carteles y propaganda. Calabuig, en cambio, no tiene un sólo cartel con su cara y todos sus actos los ha organizado personalmente.

La escasa autonomía que se concede a Calabuig es uno de los puntos más conflictivos con la dirección del PSPV en Valencia hasta el punto de que las relaciones con Broseta podrían considerarse prácticamente rotas. El candidato socialista también está descontento con la escasa movilización de la cúpula de Valencia, máxime teniendo en cuenta la difícil plaza en la que el socialista tendrá que lidiar. La hegemonía del PP es aplastante con una Barberá que acumula victoria tras victoria desde 1991.

Lo cierto es que la falta de compromiso de la dirección de Valencia con el candidato es el principal factor para que Calabuig haya decidido plantearse su continuidad como cabeza electoral socialista.

El entorno del diputado achaca el freno que impone Salvador Broseta a todas sus iniciativas a que es visto como una figura impuesta por el secretario general, Jorge Alarte. El líder socialista, añaden las citadas fuentes, desconocería la situación, ya que Calabuig no ha querido trasladar su malestar al secretario general del PSPV.

Falta de implicación

Alarte ha secundado a Calabuig en algunas de sus iniciativas, como el nuevo pacto por el Cabanyal, o el enfrentamiento con el Gobierno en su negativa a aceptar las prospecciones petrolíferas. Pero es una evidencia que el líder socialista ejerce un férreo control del partido, por lo que parece anómalo que no esté al cabo de la calle de lo que sucede en la ciudad de Valencia.

Hace unos días, Calabuig advirtió que quería participar en la confección de las listas municipales. La respuesta pública de Alarte fue ambigua. "No sólo tiene que participar", subrayó, "sino que tiene que liderarla para ganar las elecciones y ser el próximo alcalde de Valencia". Pese a las indicaciones del líder socialista, Calabuig no forma parte en la actualidad de la "cocina" de las listas electorales. Por contra, Broseta si está consultando a los dirigentes de las agrupaciones. Desde sectores del PSPV se llega a la siguiente conclusión: "simplemente no cree en el candidato y está poniéndolo al límite".

Aunque los recursos con que cuenta la organización para la campaña electoral de Valencia son mínimo, tampoco se han aportado ideas renovadas para suplir la deficiencia. Y la parálisis hacia toda acción inducida por Calabuig redunda en el vacío que se evidencia día a día. De momento, Calabuig sólo se ha hecho visible en el acto protagonizado por Rubalcaba y con sus propuestas sobre el Cabanyal y las prospecciones petrolíferas. Así las cosas, con las tensas relaciones, sin espacio autónomo y sin recursos, Calabuig medita tirar la toalla. Según el entorno del candidato, "es lo que pretende Alarte".

Hitos socialistas y agotamiento del PP

Joan Calabuig se impuso a Manuel Mata por un total de 159 votos en las primeras de octubre. Calabuig logró 702 apoyos de la militancia socialista frente a los 543 de Mata, de un total de 1.254 votos en un censo de 1.762 militantes. "No me salgo del guión del PSPV, sólo pongo acentos distintos", ha dicho Calabuig, quien ha esbozado a grandes rasgos la idea de ciudad que pretendía. Ha negado que desmarcarse de la línea contra la prolongación de Blasco Ibáñez del grupo municipal o apoyar los grandes proyectos después de las críticas del PSPV a la F1 no es una estrategia para hacerse visible. Es partidario de dar a conocer a las nuevas generaciones los hitos de la ciudad que hicieron por concejales, alcaldes y alcaldesas socialistas, como el Turia, el Paseo Marítimo, el IVAM, el Museo de las Ciencias o el Palau de la Música. Y dice que el proyecto del PP está agotado. Calabuig ha planteado que a la hora de hacer el presupuesto hay que cambiar prioridades y señaló que se existen posibilidades para modernizar la administración insistiendo en la introducción de las tecnologías de la información y la comunicación y en el ahorro y la eficiencia energética".