"Al principio cuando empecé a estudiar mi carrera siempre decía que quería subir en el 'Hespérides' y aquí estoy. Emociona ver que se cumple tu sueño". Así, describe la valenciana Maribel Cerezo para Levante-EMV, sus sensaciones desde el otro lado del Atlántico. A sus 24 años participa en la mayor y más ambiciosa expedición de circunnavegación de la historia de España: "Malaspina 2010".

En este gran reto participa además del "Hespérides", el "Sarmiento de Gamboa", el más moderno buque oceanográfico español, si bien es el primero el que completará la vuelta al mundo desde que partiera en diciembre desde Cádiz. El objetivo es estudiar la biodiversidad del océano y el impacto del cambio climático en los mares. El viaje, que está liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y cuenta con el apoyo de la Armada Española y la Fundación BBVA, celebra el 200 aniversario de la muerte de Alessandro Malaspina, quien dirigió la primera expedición científica española de circunnavegación.

Maribel se incorporó a la tripulación la semana pasada viajando desde España a Brasil en avión. El lunes el "Hespérides" partió en una larga ruta cuya próxima parada le llevará a Ciudad del Cabo, en el extremo sur de África, tras recalar en Punta Arenas, el puerto del extremo austral de Chile, y Ushuaia, la capital de Tierra del Fuego, en el canal Beagle.

"Para mi carrera profesional es mas que una oportunidad", explica. "Creo que debemos sentirnos muy contentos todos los que estamos en esta campaña porque vamos a sacar muy buen partido de todo lo que vamos a hacer y vamos a obtener resultados muy interesantes", señala la joven, quien estudió Ciencias del Mar en la Universidad Católica de Valencia. Actualmente trabaja en el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados en Esporles (Mallorca) donde recaló gracia a una beca JAE-Predoctoral del CSIC.

El día a día a bordo

"La vida en el barco es muy intensa, se madruga mucho para poder tomar las muestras y no se duerme hasta que no se termina, pero vale la pena", comenta. Su tarea es la de analizar cómo afectan los hidrocarburos policíclicos aromáticos a la comunidad del fitoplancton. "Lo que pretendo es ver como estos contaminantes pueden afectar a estas microalgas en función de su concentración. Para ello hago experimentos a bordo utilizando agua de los tres primeros metros de la columna de agua".

Eso sí, "en cuanto a comodidades no nos podemos quejar". Además de los laboratorios "tenemos dos salas de estar y la comida es muy buena". Cada dos personas cuentan con un camarote donde duermen en literas. "Las únicas incomodidades son las que pueden surgir en cualquier navegación, no podemos olvidar que estamos en el mar y todo depende de cómo este el tiempo", apostilla Maribel. Cuando el barco atraca en puerto se hospedan en un hotel debido al ir y venir de la tripulación, a las tareas de limpieza del barco y las visitas que se realizan al mismo.

"Lo más positivo, es poder hacer lo que me gusta. Lo que menos me gusta es estar tanto tiempo fuera de casa. Siento pena, emoción, nervios... es una mezcla de sentimientos que hacen que tenga un nudo en el estómago cada vez que pienso en todo lo que voy a hacer", confiesa. Son los nervios lógicos de un viaje histórico que Maribel ya puede contar.