­Ya es presidente. ¿Y ahora qué?

Ahora hay que fortalecer la Coordinadora Valenciana de ONGD y potenciar la mejora de políticas de cooperación de nuestra comunidad. También debemos promover la comunicación de las ONG con la sociedad valenciana y conseguir consolidarnos como entidad de interlocución.

Eso son las líneas maestras, pero ¿qué objetivos concretos se fija?

Quiero reforzar la coordinadora como institución, mejorar los procesos de participación de las ONG en la propia coordinadora, y ampliar la difusión del trabajo de las ONG hacia la ciudadanía. Ahora hay que generar procesos que ayuden a mejorar las políticas de cooperación en estos tiempos de crisis.

Crisis económica a nivel institucional y también crisis en los bolsillos de los ciudadanos. El reto es doble…

En un principio, las ONG hemos visto que, pese a la crisis, la ciudadanía ha sido sensible y sigue dando su apoyo a las ONG. La crisis económica no puede ser una excusa para disminuir los fondos públicos de la ayuda al desarrollo.

Como está siéndolo…

En efecto, como está siéndolo. Porque tenemos 1.300 millones de personas en situación de pobreza extrema en el mundo y no podemos, precisamente ahora que es cuando más lo necesitan, que el mundo rico recorte su ayuda a las zonas pobres donde la gente no tiene garantizados los mínimos vitales en cuestiones de salud, educación o en la soberanía alimentaria necesaria para luchar contra el hambre.

Y la ciudadanía tiene su papel.

Sí, es necesario que la gente tome conciencia de que vivimos en un mundo desequilibrado económica y socialmente y que, en la medida en que seamos capaces, contribuya al cumplimiento de los Objetivos del Milenio o a campañas de movilización social como la de Pobreza Cero.

Habla de movilizaciones. La gente no sale a la calle por estos temas. ¿Es porque no le importan?

Pienso que, a nivel general, estamos en una situación de cierta desmovilización social. Eso hace más difícil que la ciudadanía evidencie, mediante las formas tradicionales, su visibilidad en causas como la lucha contra la pobreza y el hambre, o en la petición de que los gobiernos se impliquen en esta lucha. Nosotros, desde la coordinadora, estamos muy contentos de ser una de las comunidades donde las movilizaciones de Pobreza Cero son una de las más importantes del Estado español. Unas 10.000 han salido a la calle…

Pero son 10.000 personas entre 5 millones. ¿Al resto no le importa?

Yo creo que sí le importa, y pienso que hemos de ser capaces de generar procesos donde se evidencie la sensibilidad y el compromiso de la ciudadanía en la lucha contra la pobreza. Es un reto en este contexto de desmovilización social.

Usted viene del mundo del comercio justo. ¿Qué le diría a un agricultor valenciano que pronto verá cómo Marruecos puede vender naranjas en la UE a mitad de precio que las suyas?

El comercio internacional del actual sistema económico genera injusticias tanto en el norte como en el sur. En el sur, el comercio justo es una posibilidad de sacar a muchas comunidades de esa situación de pobreza. En el norte, se necesita una reforma estructural de la agricultura que garantice la provisión de alimentos y la justicia en lo que cobran los productores. Hay que evitar las políticas proteccionistas que dificultan que el Sur se pueda desarrollar. Ahora bien: no es necesario enfrentar las posturas del Norte con las del Sur, sino luchar contra la injusticia del sistema comercial.

¿Qué relación quiere con el Consell?

Tenemos claro que hemos de ser interlocutores para mejorar la cantidad y la calidad de la cooperación valenciana. Ése es nuestro objetivo, y también denunciar las situaciones que no son adecuadas para la cooperación. Tendremos una línea abierta de diálogo constructivo, al mismo tiempo que crítico, para que la cooperación valenciana se acerque al 0,7% de los presupuestos de la Generalitat.

El año pasado hubo tensión…

Sí, estamos en una situación compleja y de intensidad institucional, pero la asamblea ha reforzado la idea de tener la responsabilidad de continuar siendo los interlocutores para dialogar, negociar y mejorar la cooperación valenciana, aunque la realidad genere situaciones más tensas de lo que querríamos.

En lo personal, ¿qué opina del conseller de Solidaridad, Rafael Blasco?

Es una pregunta muy complicada… Blasco tiene una capacidad enorme de trabajo y hubo unos años en los que aumentó los presupuestos de cooperación. Sin embargo, en los dos últimos años han bajado mucho las ayudas. El recorte ha sido del 55% y la ayuda oficial a cooperación ha caído a sólo el 0,18%. [Blasco] también ha generado mecanismos legislativos que en algunos casos no son los instrumentos deseables para mejorar la cooperación. Pero es nuestro interlocutor.