Colaborador del diario Levante-EMV durante años, Alfons Cervera (Gestalgar, 1947) recibe en su despacho de la Universitat de València rodeado de libros. En su última obra, presentada ayer en Valencia, recopila artículos sobre el caso Gürtel.

¿De dónde surgió la idea del libro?

Cuando se terminaron mis colaboraciones con el diario Levante-EMV, del que he sido columnista muchos años, el verano pasado, se me ocurrió que como columnista, escritor, ciudadano interesado en lo que pasa, podría seguir haciendo textos alrededor de lo mismo, de los casos de corrupción que abundan sobre todo en el Partido Popular.

¿Qué debe esperar el lector de "Gürtel & Company"?

Me gustaría que fuera leído no como respuestas a los casos de corrupción, sino en clave de preguntas. Que cuando uno encare la lectura de mi libro, que no espere respuestas al caso Gürtel. No sé qué va a pasar. Quisiera que se leyera con la curiosidad de quien espera añadir muchas preguntas a las que el lector se está haciendo. La respuesta ha de ser colectiva, no individual.

Hay quien habla de corrupción generalizada en el PP a escala nacional.

No podría ser tan ambicioso a la hora de saber qué se cuece en el PP en el resto de España, pero sí detecto un punto de perversión política al ver cómo se defiende desde las altas esferas a lo que está pasando en el País Valenciano. Las situaciones siempre se han resuelto con el apoyo decidido de la dirección del PP. Se está apoyando a un candidato con suficientes indicios como para asegurar de que ha incurrido en delitos bastante graves, no sólo cohecho impropio, sino también financiación ilegal, adjudicación de obras... eso está ahí.

Ángel Luna también se va a sentar en el banquillo.

Sí, y me sorprende. Pongo dos ejemplos. Por una parte, la celeridad con la que Ángel Luna se sienta en el banquillo y la dificultad que la Justicia encuentra a la hora de sentar a los implicados en el caso Gürtel. Recuerdo también una anécdota nada grata desde el punto de vista de la decencia. Es el caso Fabra. Su socio fue juzgado y condenado, y en su caso algunos delitos han llegado incluso a prescribir. Me sorprende entonces lo de Luna. Si es culpable o no lo dirá el juicio.

¿Está la Comunitat adormecida a nivel político?

Confío mucho en la gente. Me gustaría puntualizar que para la ciudadanía normal y corriente es muy difícil asimilar todo lo que está pasando. Asistimos a una especie de estupor generalizado, que a veces paraliza. Con el respeto que me merece la gente, que cada uno votará a quien quiera votar el 22 de mayo, creo que reaccionamos mal y tarde. Además, buena parte de la gente tiene poca información. En el País Valenciano, pocos medios informan decentemente de lo que está pasando. En los periodos de crisis, por otra parte, se generan dos situaciones: el cinismo, como ya decía Antonio Machado -"en una época de desbarajuste moral siempre triunfan los cínicos"- que muestran altos representantes del PP y la aparición del conservadurismo en la gente. Por si eso fuera poco, la ciudadanía cree que el bipartidismo es la única solución. Se generan determinadas situaciones que explican que la gente siga votando al PP.

¿Cree, entonces, que la ciudadanía no ha reaccionado al caso Gürtel? La semana pasada hubo una manifestación que recorrió el centro de Valencia...

Es cierto que hay respuestas, pero no la posibilidad de articularlas de una manera masiva. Pensar que sólo con internet y con los móviles, que es como se preparó la manifestación del sábado, es suficiente es equivocarse. Lo que le falta a la izquierda en este país es convertirse en una izquierda movilizadora.

¿Qué es lo que más le preocupa del panorama político actual?

Me preocupa el descrédito de la Justicia. Por ejemplo, Rita Barberá, con sus declaraciones sobre los jueces, que aplaude a la Justicia cuando le favorece y la ataca cuando le perjudica. La Justicia debería serlo para el PP, le favorezca o no, o para el PSOE, le favorezca o no. Esa desconfianza es una de mis preocupaciones más grandes.