La caída de Francisco Camps y, por extensión, la elección de Alberto Fabra como nuevo presidente de la Generalitat y líder regional popular puede ser un elemento decisivo para pacificar el PP alicantino, la única organización territorial que, al mando de Joaquín Ripoll, ha plantado cara a Francisco Camps desde 2003. La designación de Fabra como relevo de Camps generó ayer una notable esperanza —hubo, incluso, una cierta alegría— entre los restos del ripollismo. Con Camps y Ripoll ya amortizados, los partidarios del hasta ahora presidente de la diputación sí vislumbran una vía de consenso para resolver las disputas y tender puentes, hasta ahora rotos, con Valencia. Y eso, al tiempo, levantó algunos recelos entre destacados campistas.

Alberto Fabra necesita tropa y no puede, en el caso de Alicante, machacar a un sector para encumbrar a otro. Ni tampoco al revés. No lo va a hacer. Eso por un lado. Por otro, señalan, el nuevo jefe del Consell es de Castelló y, en esa dirección, apuntaron estas fuentes, tendrá una mayor sensibilidad a la hora de propiciar un modelo de vertebración política del PP en la Comunidad Valenciana. Todo eso puede favorecer, apuntaron las fuentes consultadas, la apertura de canales de diálogo hasta ahora rotos entre Alicante y Valencia.

El próximo presidente de la Generalitat y líder regional de los populares, de hecho, no es ajeno al divorcio que, durante los últimos ocho años, presidió las relaciones entre Francisco Camps y Joaquín Ripoll. Mantiene buena relación y una notable sintonía política y personal con algunos de los dirigentes que todavía conforman la dirección provincial del PP en Alicante. Y, desde que en 2009 fue elegido coordinador regional de los populares, inició una ronda de contactos para intentar apaciguar la batalla en la provincia. No tuvo éxito. Pero, al menos, en el caso de la problemática del PP de Alicante, Alberto Fabra sabe, en cierta medida, el camino que pisa. Conocidas son sus conversaciones en el Hotel Inglés de Valencia con Joaquín Ripoll que, por otra parte, en ningún momento, ocultó su aval a Alberto Fabra como relevo de Camps. La opinión del todavía presidente provincial del PP sobre Alberto Fabra es compartida por la mayoría de sus partidarios.

Por su parte, la concejala de Benidorm y ex consellera del PP, Gema Amor, saludó ayer con ilusión el cambio en la cima del PPCV. Para Amor, la llegada de Alberto Fabra puede ser un camino abierto para su regreso, habida cuenta de que Fabra intermedió para evitar su marcha del partido.