Tuviera o no la legítima aspiración de suceder a Francisco Camps, lo que seguro que pensaba Alfonso Rus era influir de algún modo en la elección final del sucesor. Así lo indicaba la lógica: es el presidente provincial del partido y el máximo responsable de la Diputación de Valencia, aparte de que siempre ha presumido de su cercanía a Camps (a quien sacó del atolladero en plena guerra con el zaplanismo) y de ser un viejo amigo de "Mariano", como él llama a Rajoy. Sin embargo, y sin saber por qué, Rus quedó anteayer descolgado del petit comité que asesoró a Camps en el desenlace final. En la junta, demostró su contrariedad. En esta entrevista, aunque recurre a la diplomacia en todo momento, el alcalde de Xàtiva ni oculta su "disgusto" personal con Camps -con quien ayer por la tarde todavía no había hablado- ni se calla que hubiera preferido otro modus operandi. Eso sí: asegura que ya no caben guerras internas. Ésa es, al menos, la versión oficial.

¿Le ha gustado el proceso de elección del sucesor de Camps?

Bueno. Cuando se producen estas circunstancias casi siempre se desarrollan así, porque se quiere cerrar pronto el proceso y ya está. A mí, como a todos, me hubiera gustado que nos hubieran dicho: "Propongan candidatos". Pero esto ya venía con rapidez. Y yo lo entiendo, porque ya ha pasado otras veces.

Pero cree que ha habido precipitación

No, no. Es la precipitación de una persona que se encuentra mal y que, en un momento dado, acepta una cosa, después lo piensa, y al final decide que por el bien del partido, por su bien personal y el de su familia, lo mejor es dimitir. Eso es entendible.

¿Cree que ha hecho bien en dimitir?

Bueno, él sabrá. Yo no puedo hablar por él. Pienso que lo que ha hecho hasta ahora ha sido muy importante. Y a partir de ahí, lo que haga, pues bien hecho está. Como yo no he hablado con él.

¿Camps no le consultó sobre el candidato?

No, no, no. Yo me enteré, como vosotros [los periodistas], cuando llegué a la sede.

Eso no es muy normal

Otras veces se ha hecho así, la verdad. Si fuera la primera vez sería preocupante, pero no es la primera vez.

¿A usted cómo le hubiera gustado que se hiciera el proceso de elección del nuevo presidente?

Si hubiese habido un poco de tiempo, a mí me habría gustado que se hubiera hecho con más normalidad y ver si hay tres opciones, o dos o sólo una. Yo pienso que ésa es la marcha, pero lo que hay se ha de aceptar. Tampoco hay que enfadarse.

Dicen que usted tenía aspiraciones

Sí (ríe mucho). Que la gente opine lo que quiera, que si yo hubiera tenido aspiraciones lo hubiera dicho. Yo siempre voy de frente, y cando tengo aspiraciones lo digo. Pero no, en absoluto.

¿No tenía aspiraciones?

Ni las tenía ni las tengo. Yo, con lo que tengo, me apaño, que ya hay bastante.

¿Cree que Alberto Fabra era el mejor candidato?

Sonaba hace ya mucho tiempo. Alberto era un candidato posible. Es un hombre que dentro del partido está muy bien, que ha trabajado por el partido, que siempre ha asumido lo que comporta su cargo, y que además ha sido leal. Y eso en política vale mucho más que otras actitudes. Tendrá mi apoyo y mi ayuda.

¿Le gustaba más Rita Barberá?

No, no. Rita me dijo a mí desde el primer momento que ella no quería ser [la sustituta de Camps]. Ella me lo dijo a mí personalmente.

¿Y Paula Sánchez de León?

Yo no sabía que Paula quería ser. Estaba de vicepresidenta y también hubiera podido ser. Aquí, al final de la correguda, no sabes quién es mejor y quién es peor. Eso hay que demostrarlo con el tiempo. Yo, con todas las personas que están en cargos y tengo relaciones cordiales con ellos, no sé cómo pueden hacer la gestión. Porque en estos momentos es importante el peso político, pero es más importante todavía la gestión. La gente espera que, en estos momentos, los políticos gestionemos bien y con rapidez. La gente no espera otras historias, porque lo está pasando mal y vota a los políticos para que solucionen el problema de los ciudadanos.

¿Y la gestión de Alberto Fabra cómo la valora?

Yo su gestión no la conozco, pero le avala una trayectoria importante. No es un hombre nuevo que llega a la política y que no sabes hacia dónde va tirar. No; es un hombre de partido y que siempre ha sido leal.

¿Usted le dijo algo a Camps?

No, yo no he hablado con él.

¿Y eso no es un poco raro, con el apoyo que siempre le ha prestado?

No lo sé, no tengo ni idea. No pude hablar con él. A mí ni me llamaron ni me dijeron nada. Antes tenía una reunión con casi 400 personas en la sede de la Beneficencia que la hice rápida para poder llegar allí pronto, pero él no se esperó ni un momento. Se fue enseguida y no tuve tiempo de hablar con él. De todos modos, creo que se merece el afecto de todos porque ha sido una gran persona y un gran presidente. Quizá yo puedo estar un poco disgustado porque no me llamara para decírmelo. Pero, en estos momentos, en frío, tengo que decir que es mi amigo. Para mí ayer fue un día complicado cuando vi que dimitía.

¿El PP sale debilitado o reforzado de esta crisis?

El partido está muy fuerte. Lo que pasa es que cosas de este tipo no las asumes hasta el día siguiente o el otro. Pero el partido está muy fuerte y va a estar apoyando a éste [Alberto Fabra] por imperativo legal. Vamos a muerte con él y no va a haber ningún problema. Y además, lo haremos con fuerza. Mira, yo comprendo a Paco [Camps], porque ha sufrido mucho. Él, su familia, y todos nosotros, que lo queríamos. Cuando aprecias a una persona, si él sufre tú también sufres. Y ante esa tesitura, uno puede elegir descansar. Y él ha descansado.

¿Y usted, en su situación, qué hubiera hecho?

Pues no lo sé. Nunca se me ha presentado una tesitura así. Pero sí que sé el agobio que él tenía, porque es una persona muy pulcra, muy digna y con mucho sentimiento. Y como yo he estado a su lado, sé lo que ha sufrido. Ahora, ya ha descansado y ha tenido una salida digna. Y por la familia y por él mismo, ahora se merece saber que los que han colaborado con él -y yo he colaborado mucho- estamos disgustados de que haya salido de esa forma.

Algunas voces apuntan que el partido ha dado una imagen autoritaria por no haber votado la elección ni haber permitido un proceso más abierto.

Pero es que, en cosas de este tipo, se tienen que hacer como son. En caliente, uno puede pensar: "Xe, ¿y la gente que ha pegado carteles, qué?". Eso es en caliente. Pero después, en frío, has de entender que se ha de hacer lo que se ha de hacer. Y además, son personas que la gente les tiene admiración y que las tiene en una consideración alta, como puede ser Alberto [Fabra]. La gente no puede estar enfadada. Yo creo que la elección es fenomenal. Y si alguien está enfadado, que se aguante.

¿Usted no presentará ninguna queja ante los órganos del partido?

No, yo no tengo problemas.