El cardenal Antonio Cañizares, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, subrayó ayer que el "problema principal" de Europa en estos momentos "no es el problema económico, aunque gravísimo", sino el "olvido de Dios, vivir como si Dios no existiera".

Este problema "puede poner" al continente "en una vía de autodestrucción", alertó Cañizares en su conferencia "Europa, presente y futuro", con la que clausuró un curso de verano de la Universidad Católica de Valencia en Santander, según informó la institución académica en un comunicado.

En su intervención, el cardenal animó a superar la situación actual de "quiebra moral" y señala necesidad de una "nueva evangelización" para superar la crisis "que no es simplemente una crisis estructural y económica", puntualizó.

"Es una crisis del hombre", incidió Cañizares, que señala como bases de la "identidad" de Europa "la filosofía griega, el derecho romano y la fe cristiana" y que parafraseó al Papa Benedicto XVI al considerar el relativismo como el "cáncer de nuestro tiempo", que, a su juicio, está "minando" la sociedad.

No obstante, el cardenal se mostró "esperanzado" en el futuro y animó a una "conversión, nuevamente, a Jesucristo", que en su opinión "traerá un futuro muy grande para Europa".

Cañizares también se refirió a la próxima visita de Benedicto XVI a España para la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Madrid y destacó que el hecho de que el Papa "se reúna con más de un millón de jóvenes de todo el mundo es un acontecimiento de gran esperanza". "El Papa viene a entregarles a Jesucristo a los jóvenes, a decirles que se levanten y caminen, que empiecen a superar esa crisis profunda que les está abatiendo", dijo.