Una nueva oleada de estafas vinculadas a relaciones sentimentales con mujeres de Rusia o de Europa del Este se cierne sobre víctimas valencianas. Es el caso de José María y Antonio, quienes mandaron dinero a sus supuestas parejas sentimentales en la distancia y nunca volvieron a saber nada de sus enamoradas. Eso sí, se quedaron sin su dinero. Antonio llegó a desplazarse hasta el aeropuerto de Barajas para esperar a su pareja. El avión llegó, pero sin ella.

Se trata de un tipo de relaciones que se entablan por internet, a través de webs de contacto con chicas rusas, que tras mantener correspondencia con sus "amigos", deciden venir a España, pero necesitan dinero para ello. Detrás de esa historia se esconde el timo.

En el caso de José María y Antonio, ambos aseguran que no han denunciado por "vergüenza" y reconocen que las cantidades de dinero "no eran significativas" (326 y 247 euros). "Por temor a unos trámites largos y costosos, el dinero lo mandamos fuera de España y si nos metíamos en líos judiciales igual costaba más poner la denuncia que lo perdido". "Duele más sentirte engañado -añaden-. No podía ser todo tan fácil, pero la tentación fue mayor".

Las páginas de contactos en internet han experimentado un incremento importante durante los últimos años. Son ya millones de usuarios quienes en estos espacios virtuales buscan pareja o hacer amigos. Contar con una clientela tan numerosa y ávida de contactar sin ningún tipo de recelo con otras personas, han convertido a algunas de estas páginas en el punto de mira de desaprensivos que se dedican a estafar a los usuarios.

Es difícil afirmar que se trata de mafias, aunque a juzgar por la metodología utilizada, apunta a que pueda tratarse de redes perfectamente organizadas. Estos estafadores se han convertido en el azote de estas redes informáticas, donde a pesar del celo con el que son perseguidos por los administradores de las páginas web, siempre acaban encontrando "primos" a los que engañar.

Metodología clásica

Aunque aplicados al sector de las nuevas tecnologías estos timos continúan manteniendo la misma esencia que hace centenares de años, mediante el engaño hacer ver como real algo que no existe. El gancho son supuestas mujeres jóvenes residentes en el extranjero que buscan una pareja estable.

Las posibles víctimas empiezan por recibir un mensaje en el correo privado de su página de contactos en el que figura una dirección de correo electrónico y una solicitud de contacto. En el caso de establecerse, a los pocos días vuelve a recibir un correo electrónico, ya fuera de la página de contactos, acompañado de varias fotografías de la supuesta mujer. Si es del gusto de la víctima, seguirá recibiendo correos electrónicos y fotos. Según avanza la relación, la mujer se declara enamorada y no cesa de enviar cartas de amor. En algunos casos, posando con la que dice ser su familia.

Después de unas semanas le propone coger un avión y desplazarse a España para conocerlo, anunciándole que primer lugar tiene que desplazarse a otra ciudad, porque donde vive no puede tramitar el pasaporte y tampoco adquirir el billete de avión.

Ya en el lugar donde supuestamente está realizando los trámites burocráticos, remite desde un locutorio un correo en el que explica que está teniendo muchos gastos y que necesita una cantidad de dinero que no suele exceder de los 500 euros para poder terminar de pagar el billete de avión, la pensión donde se aloja o el visado. En ese mismo correo manda los datos de un banco o una agencia de envío de dinero y la tramitación a realizar para mandar la cantidad demandada.