La penuria económica del Consell le ha llevado a tomar una decisión sin precedentes. El Ejecutivo, a través del texto articulado que acompaña el proyecto de ley de Presupuestos de la Generalitat para 2012, ha introducido una nueva disposición que le permitirá apropiarse de los remanentes de tesorería -el dinero acumulado de ejercicios anteriores y que no se haya gastado- que a la fecha del 30 de marzo de 2012 tengan en caja las Corts Valencianes y el resto de instituciones de la Generalitat, la Sindicatura de Comptes, el Síndic de Greuges, el Consell Valencià de Cultura, l'Acadèmia Valenciana de la Llengua, el Consell Jurídic Consultiu y el Comité Econòmic i Social. La medida supone, en la práctica, liquidar la autonomía presupuestaria del Parlamento, consagrada por las leyes, así como del resto de organismos.

Si el actual presidente de las Corts, Juan Cotino, no lo impide, el Ejecutivo de Fabra se adueñará así de los llamados "ahorrillos" de la Cámara, los fondos acumulados desde la época del socialista García Miralles y que han permitido al Palamento acometer las obras de ampliación del complejo parlamentario sin depender del Consell, así como alguna que otra "alegría" en el gasto. Eso, mientras el Ejecutivo se convertía en una institución morosa, con una cada vez más abultada factura por intereses de demora. La institución calcula en unos 30 millones la "fortuna" guardada en la caja del Palacio de las Corts.

Como una conselleria más

El problema es que la medida convertirá al Parlamento, a efectos presupuestarios, en una conselleria más. No sólo por la pérdida de autonomía, sino también porque, a buen seguro, pasará a engrosar la lista de departamentos de la Generalitat que no pagan sus deudas y han de abonar intereses. Ahora está al día en los pagos, todo un lujo.

A partir de 2012, la nómina de los diputados y del personal, sin margen de maniobra, pasará a depender de la transferencia de Hacienda. También queda afectada la capacidad de la Mesa de las Corts de decidir el gasto que incluye en sus presupuestos o la planificación de una actuación en varios años.

Los problemas de Hacienda con las Corts no de ahora. Desde que los problemas de liquidez del Ejecutivo comenzaron a ser gravísimos, el Consell ha ido demorando la transferencia trimestral de los fondos aprobados en las cuentas.

Una deuda de unos 56 millones

Tan es así que ahora mismo debe a la Cámara los cuatro trimestres de todo este ejercicio (31,86 millones), así como tres de 2010. En total, unos 56 millones. El Parlamento ha ido tirando con los ahorros que tenía en las cuentas pero la situación comienza a ser preocupante. La Cámara podría enmendar este texto para mantener sus prerrogativas.