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A Mariano Rajoy el corredor mediterráneo no le produce ni frío ni calor. Así lo confirman los diarios de sesiones del debate de investidura del nuevo presidente del Gobierno que evitó, en todo momento, mostrar un compromiso claro con el eje mediterráneo ferroviario. Un apoyo explicito que sí lograron la alta velocidad a Galicia o la travesía central pirenaica, según reflejan los Diarios de Sesiones del Congreso de los Diputados del pasado lunes y martes. Y no fue porque no se lo exigieron.

El primero en reclamar el compromiso de Rajoy con el corredor mediterráneo fue el portavoz de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida (que acabó votando en contra de la investidura del popular como presidente). «Antes de 2020 no puede pensarse en construir todos los corredores. La opción que conlleva más valor añadido es sin duda la que defiende Convergència i Unió, la del corredor mediterráneo. Me gustaría escuchar con claridad del candidato a la Presidencia cuál es la suya. ¿Comparte nuestra opinión?, o cree que se puede apostar y financiar todos los proyectos? ¿Apuesta usted por otro distinto al del Mediterráneo? Es hora, señor Rajoy, de mojarse». Antes, Duran i Lleida no tuvo empacho en criticar «el proyecto de radializar con trenes de alta velocidad toda la geografía española del presidente Aznar, del cual usted participó, y [que ha sido] ejecutado en buena parte por los gobiernos socialistas». Una inversión que, según Duran i Lleida, ha sido «alta mente improductiva». Rajoy respondió prácticamente a todas las cuestiones planteadas por Duran i Lleida, pero con el corredor mediterráneo, evitó mojarse.

El diputado de Compromís-Equo, Joan Baldoví, también reivindicó en su discurso que «ésta será la legislatura donde hablemos del corredor prioritario que es el del mediterráneo». Pero tampoco entró al trapo el desde ayer nuevo presidente. Rajoy simplemente se limitó a recitar los temas enumerados por Baldoví y citó expresamente el corredor mediterráneo €la única vez que lo mencionó€ pero eludió entrar en detalles.

Todo lo contrario a lo que sucedió con otras infraestructuras. El heredero de Labordeta en el Congreso, Chesús Yuste Cabello, diputado por la Chunta Aragonesista, también inquirió directamente a Rajoy, en un especial «que hay de lo mío», versión obra pública. «Queremos saber qué va a hacer usted con las comunicaciones transfronterizas tras el fiasco de la travesía central pirenaica; si va a establecer como prioridad la reapertura inmediata del Canfranc...» La respuesta del aún candidato a presidente del Gobierno no pudo ser más clara. «Vamos a seguir apostando por la travesía central pirenaica, vamos a trabajar por el Canfranc, por la A-40 y vamos a hacer las obras del Pacto del Agua».

Aunque el apoyo más explícito vino con el AVE a Galicia (en obras para conectar la comunidad con la meseta, aunque ya está en funcionamiento el AVE regional A Coruña-Santiago-Vigo). Fue en respuesta al diputado del BNG, Francisco Jorquera, quien también fue directo al grano en materia de infraestructuras para Galicia: «¿Se compromete usted a asegurar este porcentaje de inversión a lo largo de esta legislatura? ¿Está dispuesto a despejar el horizonte de conclusión de nuestras infraestructuras ferroviarias comprometiendo un calendario creíble, acompañado de las previsiones presupuestarias que lo hagan posible?».

Rajoy admitió que no podía comprometerse en fechas, pero no eludió un apoyo explícito al tren de alta velocidad a su tierra. «En materia de infraestructuras lo que no voy a hacer es anunciar que el AVE va a estar terminado en el año 2012 o 2015. Lo que no voy a hacer es engañar a la gente ni generar falsas expectativas (...) Lo que le puedo decir es que me he comprometido a finalizar el AVE, que lo haré con plazos reales, sin engañar a nadie, intentando hacerlo lo antes posible e intentando concretar a la mayor brevedad un compromiso viable para lograr que Galicia esté conectada por AVE con la meseta en el menor plazo posible. Eso es a lo que me puedo comprometer ahora».