El espíritu solidario del Padre Jofré y la vigencia de su mensaje en tiempos de crisis económica y social centraron ayer el acto de clausura del V Centenario del Hospital General de Valencia, celebrado en la capilla del propio centro sanitario bajo la presidencia de los Príncipes de Asturias. El humanismo y el sentido social sembrado por el padre mercedario, unido a los quinientos años de trayectoria del hospital más antiguo de la ciudad, deben ser, a juicio del príncipe Felipe, "estímulo e inspiración" para todos los valencianos.

Tal reflexión, compartida antes y después por todas las autoridades valencianas, fue el punto y final de una jornada tan solemne como rápida en la que se celebraban los quinientos años exactos de la fundación del Hospital General de Valencia, nacido un 17 de abril de 1512 sobre las bases del afamado Hospital de los Inocentes del padre Jofré, donde se atendían, para asombro de toda Europa, a los enfermos mentales y a los desfavorecidos de la calle.

Su estatua, que preside el jardín de entrada del centro sanitario, fue precisamente la primera parada del séquito, en el que acompañando a los príncipes estaban el ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert; el presidente de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra; la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá; el presidente de la Diputación Provincial, Alfonso Rus, y otras autoridades locales y autonómicas.

Apenas unos metros más adelante, los príncipes descubrieron una placa conmemorativa del acto y finalmente, saludando a lo largo del camino a los numerosos ciudadanos que se agolpaban en los jardines, se dirigieron a la capilla del hospital para celebrar el solemne acto de clausura, en el que asumieron el protagonismo inicial los 18 galardonados de la Fundació Hospital Reial i General de Valencia por su aportación a la institución a lo largo de su más reciente historia.

Allí llegaron las reflexiones sobre el pasado, sobre su vigencia en el presente y sobre la referencia que ha de suponer en el futuro. Impresionado por "el legado de humanidad y de humanismo que atesora" el centro hospitalario, el Príncipe Felipe elogió a los premiados como "reflejo claro de las raíces históricas, del compromiso institucional, del sentido de solidaridad y de la excelencia científica que han hecho la historia de este hospital".

Y abriendo el abanico a la "actual coyuntura de crisis económica" y al "contexto tan difícil" en el que se mueve el país, Don Felipe aseguró que "el Hospital General encarna hoy una realidad que puede servirnos de estímulo e inspiración". "Todas las cualidades que encarga el Hospital General -excelencia, generosidad, compromiso social, colaboración y visión práctica- son, en definitiva, los valores que necesitamos impulsar cada día más para poder hacer frente a los complejos desafíos de nuestro tiempo", sentenció.

Minutos antes, el presidente de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra, había equiparado aquel hospital del siglo XVI con el sistema sanitario actual en lo que a respuesta social se refiere, expresando su compromiso "de seguir impulsando la sanidad como una de las grandes prioridades de nuestra acción de Gobierno, como uno de los grandes ejes que sustentan y dan sentido a la sociedad que queremos, unida, cohesionada, generosa y solidaria".

Incluso la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, evocó el trabajo del hospital para reiterar su "esperanza en nuestras capacidades y el convencimiento de que, una vez más, superaremos cualquier situación adversa permaneciendo unidos en el esfuerzo".

Después de los discurso y hasta completar las escasas dos horas que duró la visita de los Príncipes, sólo dio tiempo ya a un vino de honor y a un discreto baño de multitudes.

Entre la "lealtad" a la Corona y las protestas por los recortes

La presencia de los Príncipes de Asturias ayer en Valencia había despertado gran expectación mediática por ser la primera salida institucional del ahora máximo exponente de la Casa Real tras los accidentes de Felipe Juan Froilán y del propio rey Don Juan Carlos, que ha tenido que ser hospitalizado con una fractura de cadera tras caerse en Botsuana practicando la caza del elefante. La discreción del acto y el trabajo de la seguridad, sin embargo, impidieron a los medios cualquier pregunta en este sentido. Con un escueto "ustedes ya lo saben, bien, gracias" despachó Don Felipe la pregunta de una periodistas antes de que un guardaespaldas le bajara de un golpe su micrófono. Y entre los discursos, únicamente Alberto Fabra deseó una pronta recuperación al monarca y expresó la "lealtad" de los valencianos con la Corona". Por lo demás, las protestas, tímidas, se centraron más en los recortes. Ligeros pitidos de sanitarios y trabajadores de la EMT se escucharon a la llegada de las autoridades y ya dentro pudieron verse alguna camiseta contra los recortes y una cartulina pidiendo que esos recortes se aplicaran a los sueldos de los altos cargos de la administración y a la Monarquía. Por encima de todo esto, en cualquier caso, predominaron los elogios y vítores a sus altezas.