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La publicación de los datos sobre caudales ambientales en el Delta del Ebro ha reabierto la polémica sobre los trasvases desde este río hacia otras regiones de España. Oficialmente, el borrador del nuevo Plan de la Demarcación Ebro incrementa el caudal que mes a mes debe de pasar por Amposta y llegar al delta del Ebro, lo que dificultaría enormemente los trasvases.

Sin embargo, la lectura de estos datos devino ayer en un nuevo conflicto hídrico-autonómico, con ­Cataluña denunciando que los «números» están dirigidos a la autorización de un trasvase hacia la Comunitat Valenciana, Murcia y Andalucía, mientras que en Castilla-La Mancha, el PSOE, exigía para esta región una «reserva de caudales» similar a la que teóricamente se ha producido en el Ebro. Dicen y por ello reclaman un articulado similar, que con esta reserva, aplicada al Tajo, el trasvase Tajo-Segura sería inviable en su configuración actual.

La Generalitat de Cataluña reaccionó ayer al nuevo plan asegurando que se trata de una «desagradable sorpresa» porque en su opinión, abre la puerta a un trasvase.

El documento aprobado por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) sitúa en 4.000 hectómetros cúbicos anuales (hm3) los que deben haber en el río en su desembocadura al mar.

Estas cifras son muy inferiores a las que aprobó la Generalitat y que el Parlamento catalán refrendó en 2007, donde se establecía un caudal de 7.000 hm3 en los años muy secos, 9.000 en los años normales y 12.000 en los húmedos.

El consejero de Territorio y Sostenibilidad, Lluís Recoder, indicó que las cifras aprobadas «en ningún caso deben servir para justificar un trasvase, algo que nos tememos» y añadió que las cantidades acordadas por la CHE tampoco respetan la Directiva Marco del Agua que existe a nivel comunitario.

Mientras, el portavoz del grupo socialista en las Cortes de Castilla-La Mancha, José Luis Martínez Guijarro, había reclamado al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y a la presidenta castellanomanchega, María Dolores de Cospedal, «el mismo trato que para el Ebro».

Según Martínez Guijarro, la propuesta del Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro que ha hecho la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), incluye caudales ecológicos y el establecimiento de reservas estratégicas para Aragón y La Rioja.

Con estos planteamientos y sumando ambas medidas «es imposible que se produzca el trasvase del Ebro», subrayó el portavoz socialista en las Cortes de Castilla-La Mancha.

Alertada por esta denuncia, el Gobierno de María Dolores de Cospedal ha asegurado que defenderá «de manera clarísima» los intereses de Castilla-La Mancha en materia de agua y que lo hará «en los tribunales si hace falta».

Así lo remarcó el portavoz del Gobierno regional, Leandro Esteban, quien recordó que el ejecutivo castellano-manchego ya ha planteado recursos ante los tribunales de justicia cuando ha considerado que algunos de los trasvases, o las cuestiones derivadas de ellos, «no están ajustados a un principio consagrado en la legislación».