En 1998 todos los grupos políticos con representación en las Corts aprobaron por consenso la llamada ley de la música valenciana, un instrumento jurídico destinado a estabilizar un marco legal que sustentara al sector de las entidades musicales, uno de los resortes del tejido cultural de la Comunitat Valenciana. Ayer, 24 años después, la Federación de Sociedades Musicales de la Comunitat Valenciana (FSCMV) organizó en el Palau el primer concierto del día de la música valenciana. Debía ser una fiesta del arte, pero fue una jornada teñida de reivindicaciones.

Josep Francesc Almería preside la FSMCV. Fue reelegido en 2010, tras participar en una ardua negociación para frenar un recorte del 55 % en las ayudas que reciben las entidades musicales valencianas por parte de la Generalitat. Ayer atendió a Levante-EMV y se mostró contundente en su radiografía del estado del sector: «la aplicación de la ley de la música valenciana ha sido un rotundo fracaso». Con un discurso situado entre la resignación y la rebeldía ante una dinámica de impagos constantes por parte del Consell, el portavoz de las bandas pidió un «cambio de mentalidad, las sociedades deben olvidar la cultura de la subvención y apostar por la generación de recursos propios. La cultura se paga».

El presidente puntualizó que «las sociedades musicales generan en la actualidad el 70 % de sus recursos a través de vías de financiación como los conciertos, ahora deben apostar por incrementar está participación hasta el 90 %, no tienen otro camino». Almería explicó que «la ley fue creada para dar estabilidad e intentar actuar ante problemas futuros. El desarrollo políticio no ha ayudado en ninguno de estos dos casos. La vuelta a los senderos privados es irremediable, no hay paso atrás».

Cierre de una escuela

El representante de las organizaciones musicales refrendó sus palabras con hechos y expuso que «el viernes pasado recibimos en la sede de la federación una comunicación del cierre de una escuela de música de la provincia de Valencia por los impagos. Esto es solo un ejemplo, ya que el 80 % de este tipo de centros pasa por grandes dificultades».

Almería recordó que la Generalitat debe los 6,4 millones de euros presupuestados en 2011 para las bandas, así como algunos picos del 2010. Así, analizó que «las sociedades musicales aprueban sus actuaciones teniendo en cuenta subvenciones que luego no llegan. Cuando acudes a un banco diciendo que tienes un convenio con la Generalitat como garantía se ríen en tu cara». Por ello, Josep Frances Almería prevé un «panorama negro para un sector que se debe adaptar a una situación injusta. No hay ninguna previsión ni un calendario de pagos. No hay nada». Por último, el portavoz de la FSMCV remarcó que «lo que nunca dejaremos de hacer es presionar para que paguen lo debido. Lo presupuestaron y lo deben».