Si hubiera que hacer una película de un arqueólogo valenciano constante y pasional, bien podría interpretarla José Aparicio. Con 69 años, todavía es el director de la Secció d’Estudis Arqueològics de la Diputación de Valencia (SEAV). Ha llevado a cabo más de cien campañas de excavación en su vida, desde el poblado ibérico de la Bastida de les Alcusses de Moixent a la Cova del Volcà de Cullera. Hurgando en la Cova Foradà de Oliva desde 1975, hace dos veranos encontró allí el premio gordo: el esqueleto de Neandertal más completo hallado en toda la península, con alrededor de 40.000 años.

Este verano, José Aparicio volverá a la Cova Foradà. Pero lo hará con un equipo de voluntarios que no cobrará un euro. La Diputación de Valencia ha suprimido los 20.000 euros que destinó el año pasado a la SEAV para las excavaciones que realizará en la Cova Foradà, el Corral de Saus de Moixent y la Cova dels Mosseguellos de Vallada. No hay dinero. «Todo el equipo de voluntarios, unas diez personas, ha decidido que vendrá igual, aunque sea gratis. No queremos parar las excavaciones para que no se frene la investigación que hacemos durante el año de lo que allí hayamos encontrado. Por eso vamos a trabajar. El peligro es si la Administración se acostumbra a que las excavaciones salgan gratis», alerta Aparicio.

Si no gratis, algo más baratas y precarias sí que van a salir este año. Además de que la Conselleria de Cultura ha eliminado la línea de subvenciones a las universidades para que excaven, las diputaciones también han aplicado la guillotina. El añejo Servicio de Investigación Prehistórica de la Diputación de Valencia, fundado en 1927, verá recortado su programa de excavaciones ordinarias. De los 77.000 euros del año pasado, se bajará a 60.000 euros este verano. Seguirá el trabajo en los yacimientos clásicos valencianos: la paleolítica Cova del Bolomor de Tavernes de la Valldigna; la ibérica Bastida de les Alcusses; el poblado íbero-romano de la Carència de Torís; la Lloma de Betxí de la Edad del Bronce, en Paterna; l’Altet de Palau y l’Arbocer, yacimientos de la Edad del Bronce de la Font de la Figuera, y la Casa Cabeza de Requena, del ibérico final.

Como en todas partes, las campañas arqueológicas de este verano sufrirán «reducción de días de excavación y reducción de estudiantes y peones contratados para los trabajos». Con semejante estoicismo lo resume Francesc Gusi, jefe del Servei d’Investigacions Arqueològiques i Prehistòriques de la Diputación de Castelló. La contratación del peonaje, la estancia del equipo de trabajo en una vivienda alquilada, los análisis de Carbono 14 de los restos hallados... «Todo cuesta dinero», dice Gusi. En la Diputación de Castelló el recorte ha sido de los casi 34.000 euros de 2011 a los 25.000 euros de este año. Pese a todo, excavarán en Los Morrones de Cortes de Arenoso, en el Mortorum de Cabanes, Los Cabañiles de Zucaina, la ermita de Sant Benet i Santa Llúcia de Alcalà de Xivert o el Tossal de la Vila de la Serra d’En Galceran.

La Diputación de Alicante también se aprieta el cinturón y deja el presupuesto en 53.000 euros para avanzar en la investigación de yacimientos tan relevantes como el Cabezo Pardo, la paleolítica Cova del Randero de Pedreguer, la Illeta dels Banyets del Campello o la Pobla medieval de Ifach, en Calp, donde 40 estudiantes de Arqueología procedentes de quince universidades europeas están excavando durante dos meses con el objetivo de seguir investigando el sistema de acceso a este enclave construido a partir de 1298 por el almirante Roger de Llúria, señor de Ifach.

Proyectos obligados a parar

Las universidades son las más tocadas por los recortes. Suprimida la línea directa de ayudas que les concedía la Conselleria de Cultura (el año pasado fueron 10.500 euros para la Universitat de València, otros 10.500 para la de Alicante, y 7.000 euros para la Jaume I de Castelló), se las apañarán como puedan. O bien seguirán excavando con fondos de otros organismos públicos (ministerio o ayuntamientos) o bien se verán forzadas a parar, como el equipo de la Universitat de València que pilota José Luis Peña que trabaja en la Mola de Agres, de la Edad del Bronce, y que este verano no podrá excavar. «El problema es si la Generalitat deja en punto muerto la investigación arqueológica y la deja en manos de los ayuntamientos, porque entonces sólo podrán excavar los consistorios grandes», advierte Peña.

La conselleria lo niega. Alega que, aunque ha eliminado las ayudas a las universidades, éstas pueden acogerse a la línea de suvbenciones abierta para actuaciones arqueológicas y paleontológicas, que alcanza los 145.000 euros y que se dividirá en proyectos que no superen los 14.000 euros de subvención. El consistorio o entidad sin ánimo de lucro aportará el 25 % del coste de la actuación y el Consell, el 75 % restante.

Las resoluciones de este año aún no se conocen. Lo que sí se sabe, y en ello coinciden todos, es que los recortes no enterrarán a la arqueología. Aunque con menos recursos y posibilidades y el mismo sol de cada verano, en las legiones de arqueólogos profesionales o aficionados se respira la misma ilusión de siempre: lograr el hallazgo de su vida.

La Cifra

38% Recorte

Diputación de Valencia

La Diputación de Valencia ha pasado de dedicar 97.000 euros a excavaciones en 2011 a destinar este año 60.000 euros, un 38 % menos. Aun así, sigue siendo una institución referente.