­Cuentan los estudiosos de las tradiciones pirotécnicas valencianas que el origen del «tro de bac» se remonta a «"l´aurora del tro", un rito de fuego que se realizaba en la madrugada de un día de fiesta, cristiana o musulmana, en el que se disparaba fuego y finalizaba en el momento del amanecer» y que al parecer protagonizaban milicianos veteranos acompañados de sus nietos, explica Andrés Castellano Martí en el Foro de Amigos de la Pirotecnia. La actividad se «omitió» tras la Batalla de Almansa de 1707, pero comenzó a recuperarse a mediados del siglo XVIII y es, a partir del siglo XIX, cuando se evolucionó al uso del «"tro" con canuto de papel». Era, además, un rito iniciático al fuego en el que «los abuelos apadrinaban a los nietos» en la tradición pirotécnica, según Castellano.

Y, de hecho, el pirotécnico Paulino Zarzoso, de la Pirotecnia de Altura, asegura que su abuelo «ya fabricaba trons de bac» en el siglo pasado y que tiene constancia de que esta tradición se remonta, al menos, a 150 años atrás. Zarzoso será en 2013 el único pirotécnico de la Comunitat Valenciana que fabrique el «tro de bac», un producto «made in Valencia» que se ha topado con las normativas estatales y las directivas europeas que regulan la fabricación, el embalaje, el transporte y el manejo de los materiales pirotécnicos.

Esta pirotecnia ubicada en Altura (l´Alt Palància) se ha embarcado, por una mezcla de romanticismo y amor a la tradición, en la aventura de fabricar el «tro de bac» y tramitar todo el papeleo que supone fabricar un producto «sin marcado de la CE (Comisión Europea)». Zarzoso ha conseguido que el «tro de bac» sea catalogado como un producto pirotécnico «clase 3» de los previstos en la Instrucción Técnica Complementaria 18 (ITC-18) que regula «las manifestaciones festivas religiosas, religiosas, culturales y tradicionales» con artículos pirotécnicos y que a su vez afina el Reglamento de artículos pirotécnicos y cartuchería, en vigor desde mayo de 2010, completado por un decreto del Consell de marzo de 2011. Esta clasificación como «clase 3» sólo permite el uso de los «trons de bac» a los mayores de 18 años, según confirma a Levante-EMV el presidente de la Federación de Asociaciones de Amics dels Coets, Daniel Claver. También está prohibida su venta o suministro en unidades. El Ministerio de Industria debe autorizar cada remesa que se quiera fabricar. La autorización para la «Despertà» de Valencia del 24 de febrero llegó el pasado 10 de diciembre, que también ha tenido que tramitar una autorización ante la Delegación del Gobierno y ante el Ayuntamiento de Valencia.

En medio de todo este revuelo burocrático, Paulino Zarzoso, de la Pirotecnia Altura admite sentirse «asediado» por todas las exigencias en torno a un producto, el «tro de bac», que su familia fabrica desde hace tres generaciones. Porque, además, defiende, es de los más seguros tanto por las condiciones en las que se fabrica como por su configuración. «El "tro de bac" no tiene mecha y la carga es tan pequeña que no tiene capacidad de amputación. Es muy difícil que explote en la mano. Nosotros nunca hemos tenido un problema con su fabricación», explica mientras tres de sus trabajadores inician el laborioso proceso de fabricación de los «trons de bac» para Levante-EMV.

«Muchas de las exigencias que nos imponen en la fabricación ya las usaba mi abuelo. Es una cuestión de sentido común», explica Paulino. A diferencia del resto de productos pirotécnicos, el «tro de bac» se fabrica en un entorno de humedad, que se debe mantener hasta el final. Los cilindros de papel, huecos y cerrados por un extremo, se rellenan con una mezcla de gravilla de río húmeda, clorato potasio, azufre y alcohol de hoja (un polvo derivado del plomo también llamado antimonio). El proceso de rellenado y sellado suelen realizarlo mujeres «porque tienen los dedos más hábiles para manejar el "tro de bac"», en una caseta sin luz eléctrica (se trabaja a la luz del día) y aislada del resto de casetas donde se fabrican otros productos pirotécnicos (ver el proceso en la secuencia fotográfica de la parte inferior de esta página).

Una vez distribuidos en las cajas (con un máximo de 50 "trons de bac") se exponen al aire libre para que pierdan la humedad del proceso de elaboración y antes de ser transportadas.

Las asociaciones que quieran hacer uso de los «trons de bac» deben realizar una petición a la pirotecnia, para que esta lo pida al Ministerio de Industria, en la que se debe indicar un Responsable de Grupo de Consumidores Reconocidos como Expertos (perfil RG-CRE) así como el itinerario donde se usarán los «trons de bac». Además, para poder tirar «trons de bac» se deberá estar en posesión del carnet de CRE (consumidor reconocido como experto), que se obtiene tras un curso y un examen, que es obligatorio para todas las personas que quieran utilizar cualquier material pirotécnico. Durante la elaboración de este reportaje, una falla de Xirivella solicitaba a la Pirotecnia Altura la elaboración de 800 «trons de bac» que ahora debe autorizar el ministerio. Paulino Zarzoso asegura que en las buenas épocas ha llegado a fabricar 500.000 «trons de bac» al año. «Pero con tantas exigencias si este año llegamos a 5.000 „a parte de las de la «Despertà„ me daría por satisfecho».