La muerte del militante comunista por la agresión de un miembro de la extrema derecha supuso una gran manifestación popular que se indignó con otro de los asesinatos y ataques políticos que se produjeron durante la Transición. El día del funeral miles de personas acompañaron los resto de Grau, abarrotando la iglesia y luego las calles en la comitiva. Pero las fuerzas antidisturbios cortaron el paso a la gente y tras un forcejeo se llevaron el féretro en un furgón hacia el cementerio para evitar que el acto multitudinario que clamaba justicia se convirtiera en un acto político. En Valencia también se recordó a Miquel Grau con decenas de miles de personas en un funeral organizado por partidos y sindicatos. levante-emv valencia