A sus 59 años, Gonzalo Ferre Moltó, (Alicante, 1954), ha recibido el encargo de la ministra de Fomento, Ana Pastor, de pilotar la llegada del AVE a la ciudad donde nació y en plenas fiestas de Hogueras. Ferre ha desarrollado su carrera en Madrid y Sudamérica, pero sigue ligado a la provincia. Tiene en casa en Xàbia, donde pasa los veranos y familia en Alcoi. Desde el próximo julio podrá llegar a Alicante en unas dos horas, gracias al AVE, si es que cumple con el compromiso adquirido por su jefa, la ministra Pastor.

¿Quién es Gonzalo Ferre?

Nací en Alicante en 1954, y soy licenciado en Derecho e Interventor del Estado. He sido subdirector general del Tesoro, director general de la Empresa Nacional de Autopistas y presidente de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. También he sido consejero de Itínere y director general para Sudamérica del Grupo Abertis. Hasta mi nombramiento como presidente de Adif ocupé el puesto de secretario general de Infraestructuras del Ministerio de Fomento.

¿Mantiene contacto con la Comunitat Valenciana?

Los veranos los paso en Xàbia y sigo teniendo en Alcoi a gran parte de mi familia, por lo que frecuento mucho Alicante.

La ministra de Fomento, sostiene que el AVE Alicante-Madrid será una realidad en junio. ¿Podrán cumplirse las fechas?

Estamos trabajando para ello. Queremos que la línea entre en servicio antes de la noche de San Juan, y estamos en condiciones de cumplir ese compromiso.

Se acusa a Fomento de apostar mucho por el AVE y abandonar las líneas convencionales.

Creo que hay que apostar por líneas que sean realmente necesarias, que den el servicio para el que están destinadas, y a costes per cápita asumibles para el contribuyente. Debemos ver la red ferroviaria española como algo único, al igual que debemos contemplar el sistema de transporte de forma global, para evitar sobrecostes y duplicidades que no nos podemos permitir. Nuestro deber es potenciar las fórmulas de explotación conjunta que saquen el máximo partido a ambas redes. En materia de ancho internacional, estamos apostando por fórmulas menos costosas pero igualmente eficientes como el tercer carril, que además adelantan plazos de puesta en servicio. Pero es importante que lo que hagamos tengamos la seguridad de que va a ser utilizado. Si no es así estaríamos dilapidando recursos públicos. En cuanto a la red convencional no se ha abandonado, ni mucho menos, pero tenemos que trabajar en la racionalización de algunos servicios porque no son ni social ni económicamente sostenibles.

Benidorm ha pedido un tren que le una por la costa con Alicante. ¿Cómo está el estudio?

Estos estudios y las decisiones que conllevan son competencia exclusiva del Ministerio de Fomento. No me cabe la menor duda de que el ministerio tratará con la máxima atención las peticiones de todos los ayuntamientos, y el de Benidorm no es una excepción. Sea cual sea la decisión que se adopte al respecto, es seguro que se tendrá en consideración todos los factores socioeconómicos. Pero, insisto, es muy importante que los proyectos estén basados en criterios de eficacia y sostenibilidad; que obedezcan a una demanda real y que sean financiables.

¿Habrá fondos para completar el corredor mediterráneo ¿No nos quedaremos con el tercer hilo para siempre?

La situación económica actual nos obliga a ser más rigurosos que nunca con el uso del dinero del contribuyente. Estamos priorizando infraestructuras que tienen un mayor impacto económico y social, y el corredor mediterráneo es una de ellas. Estamos hablando de un proyecto muy ambicioso que tendrá que completarse en sucesivos ejercicios. La solución del tercer hilo en algunos tramos nos permite avanzar soluciones competitivas para el transporte de mercancías y viajeros que no podríamos abordar de otra manera en estos momentos. Son inversiones realistas y eficientes que favorecerán el desarrollo y la reactivación económica y que merecen el apoyo financiero de la Unión Europea.

Los empresarios no lo tienen claro y cuestionan el tercer hilo.

Sería deseable que el sector privado, que demanda insistentemente más inversiones y que se avance aún más en el desarrollo del corredor mediterráneo, porque lo considera estratégico, se implique más en el mismo participando en su financiación con modelos de colaboración público-privada o asumiendo compromisos firmes para transportar sus mercancías por las nuevas infraestructuras ferroviarias. No olvidemos que en la actualidad sólo el 3% de las mercancías utiliza el ferrocarril como modo de transporte, porcentaje que podría ser absorbido perfectamente por la carretera.