El Instituto Nóos creyó encontrar un maná económico en la Comunitat Valenciana. Junto a las tres ediciones del Valencia Summit „un foro deportivo que se organizó en Valencia en 2004, 2005 y 2006 por más de 900.000 euros anuales más gastos de desplazamiento y dietas- y al fallido proyecto de los Juegos Europeos, que nunca se llegó a celebrar, se conoce ahora el interés que mostró el Instituto que presidía Iñaki Urdangarin por asegurarse nuevos contratos con el Consell en años venideros. En los correos electrónicos que el ex socio del duque de Palma, Diego Torres, ha aportado al juez que instruye la causa, José Castro, salen a la luz comunicaciones internas entre trabajadores de Nóos que explicitan ese interés.

Uno de los correos más llamativos lo envió Antoni Ballabriga, a sueldo hasta 2007 en el Instituto. Como remitentes figuran ocho empleados de Nóos. Entre ellos, Urdangarin y Torres. «Os adjuntamos un primer borrador elaborado por Isidre (otro trabajador) de lo que podría ser este evento paralelo al Valencia Summit», reza el correo. Se refería a los Juegos Europeos. En la segunda hoja de ese documento, Ballabriga detalla los tres principales objetivos que perseguía el Instituto con esta prueba deportiva y los resultados que esperaba obtener.

El primero de los fines que se marcó, calificado como «imprescindible», pasaba por «avanzar en la negociación con cada una de las Federaciones Europeas e Internacionales para definir el Protocolo de Acuerdo específico sobre la primera edición de los Juegos». Una afirmación lógica, teniendo en cuenta lo que se jugaba Nóos con el proyecto piloto de los Juegos Europeos. En la documentación que Diego Torres ha entregado al magistrado figura un convenio de colaboración de Nóos y la Generalitat el 23 de diciembre de 2005. Entonces, el Consell de Francisco Camps aún disponía de liquidez y sus negocios con el Duque de Palma ya eran estrechos gracias al Valencia Summit.

En ese acuerdo, la Generalitat se comprometía a abonar 6 millones de euros en dos años al organismo del yerno del rey sólo por preparar el evento deportivo. El documento está firmado por Diego Torres y por el exvicepresidente de la Generalitat Víctor Campos. También estampó su rúbrica el vicesecretario de Estudios y Programas del Partido Popular, Esteban González Pons.

Finalmente, esos Juegos Europeos nunca llegaron a celebrarse. Sin embargo, la entidad que presidía Urdangarin se embolsó 382.000 euros de fondos públicos tras presentar «facturas falsas», según ha constatado el Fiscal Anticorrupción de Baleares, Pedro Horrach.

El segundo objetivo de Nóos era consolidar en el tiempo el proyecto deportivo. Antes de que se celebrara la primera edición, el Instituto quería tener atadas algunas más, según el correo electrónico que Ballabriga remitió a otros 8 trabajadores de la entidad. «Deseable: Presentar propuestas para vertebrar la continuidad del proyecto tras la primera edición», detalla el mail. Pese a que la Comunitat Valenciana partía con clara ventaja en las prioridades del Instituto para futuros negocios, el duque de Palma no descartó otras opciones, pero con Valencia en primer lugar. En «resultados esperados» también figura el nombre de Valencia. «Posible compromiso de Valencia u otra sede para acoger una segunda edición del Eurosports Events Meeting Point (nombre que se le puso en un principio a los Juegos)». Al final, el evento deportivo no llegó a ver la luz pero Nóos se embolsó más de tres millones con sus negocios en la CV, según Anticorrupción.