Uno de los cinco magistrados que examinó el caso votó a favor de anular la absolución porque entiende que no estaba motivada. El juez Joaquín Giménez García ha dictado ahora un voto particular en el que explica las razones por las que la sentencia debió ser anulada y advierte de su clamorosa" falta de motivación. El juez cierra su voto particular con una frase lapidaria del Tribunal Europeo de Derechos Humanos: "No solo debe hacerse Justicia, sino parecer que la Justicia se ha hecho". El magistrado es progresista y uno de los fundadores de Jueces para la Democracia.

El juez incide en que a su juicio "la sentencia recurrida es nula de pleno derecho por una total ausencia de motivación". Giménez García considera que el Supremo debió declarar la nulidad de la sentencia y su devolución al magistrado Juan Climent -el presidente del jurado- para que motivase su decisión. El magistrado del Supremo lamenta que Climent se limitó a emitir "un acta" de un único fundamento con la decisión del tribunal popular.

"No es este el rol que debe desempeñar el presidente del tribunal del jurado, que no es un "invitado de piedra" que se limita a constatar lo decidido por el jurado y a extraer asépticamente la conclusión", sostiene el juez del Supremo.

El magistrado añade que ante la falta de control del veredicto y de las ausencia de argumentaciones en la sentencia, el Supremo debió devolverla al Tribunal Superior de Justicia de Valencia para que lo subsanara.

El PSPV basó el recurso que ahora ha desestimado el Tribunal Supremo en 46 indicios contra los dos procesados. El letrado del PSPV incidió en que había contradicciones entre los hechos declarados probados y en que algunos aspectos debían haber sido avalados por siete miembros del tribunal y solo votaron a favor cinco.

Pruebas

El recurso sostenía que el jurado no tuvo en cuenta hojas de pedidos de trajes para los dos acusados en Milano y Forever Young, cheques de pago de las empresas de Correa y un listado a la atención de Pablo Crespo (el número dos de la trama) con una relación de personas e importes atribuidas a cada una de ellas.

Las claves de la absolución de Francisco Camps y Ricardo Costa fueron las contradicciones del sastre José Tomás, las declaraciones de los peritos de Hacienda que admitieron que no se podía saber quién pagó los trajes y la rectificación de la testigo que situó al expresidente de la Generalitat en la investigación.

El Tribunal Supremo ha justificado la confirmación de la absolución en que frente a lo que mantenía el PSPV "sí concurrían las mayorías necesarias para declarar no probados los hechos desfavorables del objeto del veredicto". Además, los magistrados apuntan que la motivación del tribunal del jurado es lógica y razonable porque sus miembros detallaron e individualizaron las pruebas que les llevaron al veredicto de no culpabilidad.

En el caso fueron condenados a pagar sendas multas de 9.600 euros por los mismos hechos que el jurado consideró no probados el exvicepresidente de Consell Víctor Campos y el ex jefe de gabinete de Turismo Rafael Betoret.