Dos terremotos hicieron ayer temblar la tierra de nuevo en Vinaròs tras dos meses de tranquilidad sin seísmos y a pesar de que la planta Castor está clausurada sin actividad de inyección de gas por orden ministerial después de que se detectaran desde el 9 de septiembre más de 500 seísmos supuestamente inducidos, según datos del Instituto Geográfico Nacional.

Los dos terremotos se registraron el pasado lunes -a las 18.26 horas y a las 20.32 horas- y alcanzaron magnitudes de 2.2 y 1.5 grados en la escala de Richter. Esta intensidad no fue suficiente para que los movimientos fueran sentidos por la población, pero sí que han vuelto a desatar la intranquilidad entre los vecinos que recuerdan que el anterior episodio comenzó con estas magnitudes y terminó desatando una reacción sísmica en cadena con terremotos de hasta 4.2 grados, los cuales fueron sentidos en más de 50 municipios de las provincias de Castelló, Tarragona y Valencia.

Además, se da la circunstancia de que tanto la empresa Escal, titular de la explotación gasística, como el ministro de Industria, Juan Manuel Soria, aseguran que actualmente cualquier actividad de extracción o inyección de gas está completamente paralizada en el almacén Castor, situado a 1.750 metros de profundidad bajo el suelo marino y a 21 kilómetros de la costa de Vinaròs.

De este modo, se confirma la advertencia de los científicos de varias universidades y del propio Instituto Geográfico Nacional, que subrayaron que el episodio sísmico desatado en septiembre podía tener réplicas en el futuro (incluso en los próximos meses o años) y que, aunque se pare la inyección de gas, nada puede garantizar que no haya nuevos terremotos de igual o mayor intensidad a consecuencia de la supuesta inducción inicial motivada presuntamente por el almacén Castor.

Mientras tanto, el Ministerio de Industria sigue sin facilitar, desde hace ya tres meses, el resultado de los informes científicos y está dilatando la decisión final de reabrir la planta o, por el contrario, clausurarla de forma definitiva ante el riesgo de futuros terremotos. No en vano, el almacén de gas utiliza un antiguo yacimiento petrolífero situado justo sobre una falla activa catalogada con un potencial para generar terremotos de hasta 7,1 grados en la Escala de Richter.

A este respecto, el Ministerio de Industria alegó ayer que todavía no ha recibido los informes del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y el del Instituto Geográfico Nacional (IGN), a pesar de que fuentes próximas a Industria subrayan que cuanto menos el último informe fue remitido hace casi dos meses y que los dos organismos han corroborado la relación causa-efecto entre planta y seísmos y la imposibilidad de garantizar que no habrá más terremotos si se retoma la actividad de inyección de gas.