«Estudiar más no cuesta tanto». Con este lema lanzaba el Gobierno de Zapatero en el curso 2007/2008 una línea del Instituto de Crédito Oficial (ICO), el Préstamo Renta Universidad para estudiar másteres y posgrados, en la que todo eran ventajas. Los recién licenciados no tenían que empezar a devolver el préstamo—sin intereses y a pagar en 8 años— hasta que encontraran un empleo que les reportara unos ingresos superiores a los 22.000 euros anuales. Incluso, si en 15 años no superaban dicho umbral de renta, el crédito prescribía.

En los cuatro cursos que el ICO mantuvo esta línea de financiación, que se cerró en una de los primeros recortes aplicados por el Gobierno de Rajoy, se concedieron 15.750 préstamos a través de cuatro entidades bancarias que se adhirieron al plan. El ejecutivo socialista sólo informó de los resultados de la primera convocatoria, donde uno de cada seis prestatarios residía en la C. Valenciana. Si se mantuvo esta proporción durante todo el período, unos 2.600 titulados universitarios valencianos se habrían beneficiado de estos créditos.

El cuento de la lechera

Los cinco años de crisis han convertido las ilusiones de gran parte de los beneficiarios de estos créditos en el cuento de la lechera, pues o bien se encuentran en el paro o los trabajos que logran no están de acuerdo con sus expectativas. Como los periodos de carencia se fueron acortando curso tras curso, pasando de cinco a dos años, entre 2013 y este 2014 ha llegado la hora de devolver unos préstamos que en algunos casos alcanzan los 28.800 euros (másteres de dos cursos en los que además de matrícula se incluyen gastos de residencia).

Los prestatarios sin ingresos o con bajos salarios de la última convocatoria, los de la primera están exentos y los de las dos siguientes pueden acogerse a moratorias de cinco o tres años, tenían que haber empezado a amortizar el préstamo este pasado verano. Ante la queja masiva a la Defensora del Pueblo por parte este colectivo debido a la desigualdad entre convocatorias, el Gobierno amplió en diciembre el plazo de carencia en dos años más y entre dos y cuatro (dependiendo de la duración del master) a aquellos con ingresos por debajo de los 22.000 €/año, pero les obliga a suscribir un nuevo préstamo con las entidades bancarias sin que se sepa aún con que intereses.

«Nosotros no somos responsables de la situación económica actual», se queja la periodista valenciana Mª José Guirao, que este enero debería haber comenzado a devolver los 15.600 euros que obtuvo en la segunda convocatoria de los préstamos. Tras licenciarse en Periodismo en la Cardenal Herrera-CEU, en el curso 2008/2009 realizó un posgrado oficial de Comunicación y relaciones institucionales en la Universidad Nebrija de Madrid. Trabaja llevando la comunicación de la Asociación de Clubes Deportivos de l’Eliana, pero al no superar su nivel de ingresos los 22.000 euros anuales tiene derecho a otros cinco años más de carencia.

El ministerio no responde

Pedir la moratoria antes de que en noviembre acabara el plazo fue toda una odisea. «En el banco con el que firme el préstamo no sabían nada, el Departamento de Préstamos Universitarios del Ministerio de Educación ¡no tiene teléfono! y no responde a los correos electrónicos», cuenta indignada. Así, que le tocó desplazarse a Madrid a tramitar la prórroga y allí le dijeron que lo podía haber hecho en el banco. «Presente los papeles, pero me dijeron que no me iban a notificar la concesión de la moratoria de cinco años, pues estaban “desbordados” ante tantas peticiones de aplazamiento», apunta.

«Yo tengo la suerte de tener trabajo, pero tengo compañeros que también les concedieron el préstamo y no han encontrado un empleo de acuerdo con sus estudios. Los que trabajan ganan 500 o 600 euros al mes con 24 o 28 años, y mucha gente no ingresa nada, no se como van a poder pagar», lamenta. Mª José calcula que en los 10 años que tendrá que amortizar el crédito deberá desembolsar 130 euros al mes. Sin embargo, los de la polémica última convocatoria, que tienen que abonar intereses y amortizar entre 4 y 6 años (dependiendo si el máster era de un curso o dos) ahora ampliados a entre 6 y 10 años, deberán hacer frente a más de 3oo euros mensuales tengan ingresos o no.

«Acoso telefónico» de los bancos

«Es cierto que si no pagas no pueden embargar a tus padres, pues el avalista es el Estado, pero el banco quiere cobrar como sea», relata Mª José, que pertenece a la Plataforma de Afectados Préstamo Renta Universidad ICO. En este sentido cuenta que cuando en junio pasado venció el plazo de carencia de los créditos de la convocatoria 2010/2011, que califica de «criminal», los bancos comenzaron a «acosar por teléfono a los que no pagaban, pues hay gente a la que le han estado llamando entre siete u ocho veces al día».

Hasta que el Gobierno aprobó en diciembre la nueva moratoria, existía el riesgo de que se pudieran embargar los pocos ingresos que tuvieran los morosos. No obstante, la Plataforma teme que si la situación económica no mejora en los próximos 4 o cinco años, la ampliación del plazo de carencia no sea más que una patada adelante del problema. Por ello reclama que se aplique a todos la cláusula de prescripción del crédito que incluía la primera convocatoria.

... y los préstamos del Consell no llegan

Fue la propuesta estrella con la que el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, compareció en la inauguración del presente curso universitario el 12 de septiembre en la Universitat de València: La Generalitat, a través del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) avalará créditos a los universitarios sin beca para que puedan pagar la carrera en 9 años. Fuentes del Consell afirmaron que hasta 15.000 estudiantes podrían beneficiarse de estos préstamos matrícula. Se presentaron como créditos a bajo interés, sobre el 3 %, de los que mientras se estudia y al año siguiente de acabar la carrera sólo se abonarían intereses —entre 60 y 240 €/año—, no sería hasta entre el sexto y noveno año cuando se haría frente al principal. Cuatro meses después, dichos préstamos no son más que una promesa. Fuentes de la Conselleria de Educación avanzan que «cuatro entidades financieras van a entrar en estos créditos, que en principio van a ser sólo para alumnos de las universidades públicas». Aseguran que este mismo 2014 «serán una realidad, pues se está ya ultimando todo». R. M. Coll valencia