Más de 3.000 personas acudieron ayer a la marcha contra la Ley de Seguridad del Gobierno y la reforma de la ley del aborto impulsadas por el Gobierno de Mariano Rajoy. La manifestación acabó sin incidentes con la Policía pese a que no había sido comunicada a la Delegación del Gobierno. Los agentes antidisturbios y los organizadores acordaron un recorrido que transitó por las principales calles del centro de Valencia, como San Vicente, Barcas o Colón, y que finalizó en la plaza de Manises, frente a la Generalitat.

Los únicos incidentes que se registraron fueron las pintadas en entidades bancarias y comercios que realizaron unos encapuchados y la quema de un muñeco de cartón que simulaba un policía nacional. Un centenar de personas de la manifestación quemaron cuartillas con la bandera de España frente a la Delegación del Gobierno. La marcha partió a las 19.30 horas desde la plaza de San Agustín y terminó ante el Palau de la Generalitat a las 21.40 horas.

La marcha contra la reforma del aborto y la ley de Seguridad Ciudadana no había sido comunicada a la Delegación del Gobierno como muestra de protesta y desobediencia, por lo que consideran son unas «leyes mordaza». A las 19 horas, la Policía Nacional ya blindaba todo el centro de la ciudad.

Cuando ya había unas 500 personas, los manifestantes empezaron a ocupar la vía pública y es cuando intervinieron tres agentes que negociaron con los organizadores el itinerario de la marcha. Los antidisturbios acompañaron a los más de 3.000 manifestantes que acabaron la manifestación. Más de 50 colectivos sociales habían convocado esta marcha que gritó lemas como «Aborto libre y gratuito» o «Fuera los rosarios de nuestros ovarios». Hubo también críticas a la Policía y el Gobierno, al que acusaron de «totalitario» y «fascista». Después de la manifestación, un grupo de jóvenes lanzó un ladrillo a la Policía en la calle Conde Trénor. Según fuentes de la policía, dos personas fueron detenidas.