La situación de sequía se agrava en la Comunidad Valenciana mientras el oeste y el norte de España presentan un panorama de suelos saturados de humedad y cuencas hidrográficas que responden con crecidas espectaculares y peligrosas a la menor precipitación.
El informe mensual de seguimiento de sequías que realiza la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha incorporado con fecha 31 de enero cuatro nuevos sistemas de explotación al nivel amarillo de prealerta por sequía. Se trata de los sistemas de Palancia-Los Valles, Turia, Serpis y Vinalopó-Alacantí, que se suman al de la Marina Alta, en prealerta desde el pasado 31 de diciembre.
El riesgo para estas comarcas no es todavía demasiado elevado (riesgo medio), aunque confirma el rápido deterioro de la situación derivado de la ausencia de precipitaciones en las zonas regables.
Hasta ahora, algunas precipitaciones en cabecera de los ríos Júcar y Cabriel y las restricciones autoimpuestas por los regantes, de acuerdo con la CHJ, han permitido mantener los niveles de agua embalsada en torno al 53,5% de la capacidad total. Este porcentaje, según aseguraba el pasado domingo en las páginas de este periódico Juan Valero de Palma, obedece más a los ahorros logrados en el regadíono se desembalsa agua que al almacenamiento del agua que circula por los ríos.
Sin embargo, algunos cultivos en la zona de la Ribera y también en zonas del Mijares y Turia, han visto incrementada su demanda de agua incluso en este periodo invernal debido al déficit pluviométrico y a la insistencia de los vientos de poniente, extremadamente secos. En consecuencia crecen las presiones sobre las comunidades de regantes para que liberen algunos caudales o se activan los pozos, pese al elevado coste de la energía, para atender la demanda de los frutales.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), alertaba ayer sobre las grandes diferencias existentes entre la vertiente atlántica, en especial su zona norte, y el área mediterránea. Así, mientras en el aeropuerto de Labacolla (Santiago de Compostela) se han registrado ya 1.565 litros de agua de lluvia por metro cuadrado desde el pasado 1 de octubre un 140% por encima de lo normal , en zonas como la comarca valenciana de La Ribera, la precipitación acumulada es de 50,5 l/m2, que supone un déficit del 85 por ciento.
Después de varios meses acumulados de sequía meteorológica, seis de las nueve zonas de explotación en las que se subdivide el territorio gestionado por la CHJ están en nivel amarillo de prealerta correspondiente a un riesgo «medio» de sequía.
Cinco de ellas: Palancia-Los Valles, Turia, Serpis, Marina Alta y Vinalopó-Alacantí se encuentran ya oficialmente en situación de sequía mientras que el mes pasado tan solo alcanzaba esta situación el subsistema de la Marina Alta. La próxima comarca hidrológica que podría entrar «oficialmente» en situación de prealerta ahora esta en «normalidad» será Cenia-Maestrazgo, donde se ubican algunos municipios que ya han experimentado problemas de abastecimiento.
El índice de estado exige al menos para cada sistema de explotación mantenerse tres meses consecutivos en prealerta o dos en alerta para una declaración oficial que incluye ya la adopción de medidas de gestión preventivas.
Entre los indicadores parciales insuficientes para calificar por si mismos el estado de todo un sistema de explotación más deteriorados se encuentran en nivel rojo (riesgo alto) los recursos fluyentes del río Guadalaviarsituado en la cabecera del Turia y esencial para el abastecimiento de agua potable a Teruely los que miden las entradas a los embalses de Arenós (río Mijares), Forata (río Magro). Además, preocupa también el descenso de los caudales en el río Alfambra (afluente del río Turia) y en la cuenca alta del río Cabriel.
Júcar, Mijares-Plana de Castelló Marina Baja y Cenia-Maestrazgo están oficialmente en situación de normalidad.
