Pintar la escalera en el edificio de tres alturas de Torrent donde vive Inma y su hija Estefanía ha creado un conflicto en la comunidad de propietarios, ya que la pintura de silicato ecológica que hubiera tolerado la vecina de la primera planta afectada con el síndrome de Sensibilidad Química Múltiple era más cara. Si la derrama de la pintura tradicional subía a 81 euros por vecino, utilizar un producto menos tóxico encarecía el recibo otros 60 euros, una cantidad que la mayor parte de los propietarios no podían pagar, según indicó la enferma.

La afectada informó que solo uno de los 10 vecinos (de los 18 que viven) que acudieron a la junta votó a favor de abonar este extra. La propuesta de la enferma de retrasar el trabajo seis meses y recaudar 10 euros al mes de cada vecino fue replicado por otro propietario con el argumento de que fuera ella misma la que hubiera hecho esa aportación a euro diario desde que la obra se aprobó, tres años atrás. p. g. b. valencia