Unos obreros localizaron ayer un artefacto explosivo antiguo mientras trabajaban en la obra del patio interior del número seis de la calle Micer Mascó, de Valencia. Mientras cavaban para construir una zanja, los albañiles se toparon con un artefacto de unos 40 centímetros y cuyo aspecto antiguo hace pensar que se trata de un proyectil lanzado durante la Guerra Civil y que no explotó. Tras extraerlo y dejarlo en el capazo que se ve arriba, llamaron al 091.

A partir de ahí comenzó el caos en la calle del Pla del Reial. Policía Nacional, Policía Local, bomberos y Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos (Tedax) acudieron al lugar y activaron los protocolos de seguridad. Los vecinos del edificio fueron evacuados incluidos 25 alumnos que asistían a un curso de italiano en la primera planta , los de los edificios colindantes no pudieron entrar a sus casas hasta que finalizó la operación y la calle permaneció acordonada durante el tiempo que tardaron las fuerzas de seguridad en llevarse el explosivo. Según los Tedax, que se han hecho cargo del material para su estudio, el artefacto se encontraba activo por lo que procederán a su desactivación.

Los vecinos y trabajadores de lazona describieron ayer a Levante-EMV la situación que se había creado en el barrio. José Gallego, un profesor de la academia de italiano que se encuentra en el edificio aseguró que la Policía les dijo inicialmente que «se trataba de una fuga» para evitar que el pánico cundiera entre los vecinos. Cuando él, los profesores y los asistentes a la clase se vieron obligados a abandonar el edificio, «pensabamos que era un chiste», «el artefacto estaba en un capazo y la calle paralizada».

Por su parte, Antonio Calleja presenció la operación desde el lavadero de coches en el que trabaja, y aseguró que fueron los propios obreros los que extrajeron el explosivo del patio interior del número seis de Micer Mascó.

Por último, Jian Chun Wu, dueño del bar en el que suelen almorzar los operarios, explicó que el descubrimiento había despertado mucho revuelo en el barrio y que los propios albañiles bromearon asegurando que «nunca cae premio pero sí bombas».