Investigadores de la Universitat Politècnica de València (UPV) acaban de descubrir una nueva utilidad estratégica para residuos como la piel de las gambas y el alginato —el principal componente de las algas marinas— que recientemente el cocinero valenciano Carlos Medina ha hecho famoso en un concurso culinario televisivo en horario de máxima audiencia al grito de «¿Honorato, tienes tú el alginato?»

Así, científicos del Instituto de Tecnología Química (ITQ), el centro mixto de la UPV y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que dirige el flamante premio Príncipe de Asturias Avelino Corma, han obtenido grafeno a partir de residuos de la piel de gamba y de algas. Además, han demostrado la eficiencia de este grafeno de bajo coste como sustitutivo de los caros metales de transición utilizados en los catalizadores, los compuestos capaces de acelerar una reacción química.

El estudio, en el que también participan investigadores de la Universidad de Bucarest, se ha centrado en el uso del grafeno en la hidrogenación. Esta reacción química, que consiste en la adición de hidrógeno (H2) a otro compuesto, es de gran importancia en la industria química y petroquímica.

Según explica Hermenegildo García, investigador del ITQ, la mayoría de los catalizadores incluyen metales de transición. Algunos de estos metales, como el vanadio, cromo, niobio y tantalio o todos los metales nobles, son «críticos» debido a la dificultad de acceder a ellos. «La UE impulsó un programa para sustituir estos metales y una forma de lograrlo es utilizando como materia prima productos sostenibles y renovables, que provengan de la biomasa. En este proyecto, nosotros lo hemos obtenido de la pirólisis de alginato y de quitosano, extraído de los residuos de la piel de gamba», añade.

El quitosano proviene de la quitina, el principal componente de los exoesqueletos de los crustáceos. Se obtiene a partir de los residuos de la industria pesquera de congelados y entre sus principales exportadores mundiales está Singapur, el país del nuevo dueño del Valencia CF, Peter Lim. Cuenta con más de 200 usos posibles en la industria de fertilizantes, alimentaria y biomédica.

El alginato, por su parte, debido a sus propiedades gelificantes es muy utilizado en la industria cosmética como espesante para cremas. Pero es en la cocina de vanguardia donde grandes «gurús» como Ferrán Adrià lo han puesto de moda para crear esferificaciones o dar forma de esfera a los alimentos imitando las huevas de pescado y diseñar así «caviar» de sabores inimaginables.

Para la obtención de grafeno a partir del alginato y el quitosano, los investigadores de la UPV han recurrido a la técnica de la pirólisis: someter a ambos productos a altas temperaturas, sin oxígeno. Con ello logan un residuo de carbón grafítico que, una vez exfoliado, se convierte en grafeno. «En este estudio demostramos que el grafeno puede sustituir a los metales de hidrogenación de enlaces múltiples carbono-carbono. Entre otras ventajas, evitaríamos el uso de platino, níquel o paladio —los tres metales que se pueden emplear— lo que redundaría en un importante ahorro del proceso, ya que se trata de metales con un gran coste económico», concluye García.

En este hallazgo, además del profesor Hermenegildo García han participado Ana Primo, también del ITQ, junto con los investigadores de la Universidad de Bucarest, Florentina Neatu, Mihaela Florea y Vasile Parvulescu.