Daniel Salmerón es otro castellonense afectado por los impagos de las ayudas a la vivienda. Tiene 28 años, vive en Nules y en septiembre de 2009 le fue aprobada una subvención de 10.000 euros que aún no ha recibido. «Me lo pintaron muy bonito, como que era una buena ocasión para comprar y que, con las ayudas, me saldría bien de precio. Ahora hago números y, sin la subvención y sin la ayuda mensual de la hipoteca que también me han quitado, estoy pagando como si tuviera un adosado», relata el afectado.
Daniel no tiene trabajo fijo y en más de una ocasión ha tenido que pedirle a sus padres que le paguen la hipoteca porque no podía hacer frente a todos los gastos. «Tengo el piso sin amueblar y no me puede ir a vivir allí así que, después de seis años desde que lo compré, sigo sin poder independizarme», apunta. El nulense explica que el dinero le supondría un descanso económico importante ya que podría contar con un sustento, hasta que encuentre un trabajo fijo. Además, relata la pelea que lleva con la administración para poder cobrar el dinero.
«A los cuatro años desde que me aprobaran la ayuda me tocó presentar una reclamación en las oficina del PROP para que no prescriba y ahora he tenido que rellenar más papeles para demostrar que me deben el dinero. Y para más inri, nos dan un teléfono de información al que llamo y me dicen que la intención es pagar pero que no saben cuándo y el dinero no llega. A mí eso no me sirve de nada», denuncia el afectado. Daniel apunta que su padres tienen que hacer un importante esfuerzo para pagar su hipoteca. «Ellos también tienen la suya y tengo un hermano estudiando», apostilla.
Así ha sido como la ilusión de comprar una casa se ha desmoronado para este nulense por culpa de que la Generalitat no le ingresado el dinero al que se comprometió a través de las ayudas de acceso a la Vivienda de Protección Oficial (VPO) y que ahora no puede cumplir.
