El gran eco mediático que ha causado la macrofiesta de Benagéber ha causado que las autoridades se hayan interesado por una iniciativa que carece de cualquier permiso o autorización. Así, Rubén Darijo, alcalde de la localidad, se desplazó hasta el epicentro de la iniciativa junto a un representante de la Guardia Civil para hablar con los organizadores. Tras el encuentro, comento que «nos han dicho que mañana —hoy para el lector— empezarían a desmontar y que entre el domingo y el lunes una pequeña brigada limpiaría la zona afectada».

Al parecer, el organizador es una persona de origen italiano que ya coordinó un evento similar en la vieja cementera de Buñol en 2008, que podría ser penado con una sanción administrativa por la convocatoria y celebración de la rave. Darijo explicó que «el trato ha sido amable, parece una persona sensata».

El gran tránsito de coches en la zona también ha causado que la Guardia Civil haya instalado sendos controles en los accesos al aeródromo: ningún coche puede entrar ya. A su vez, a los vehículos que salen se les revisa de forma superficial el maletero mientras se verifica la identidad de sus ocupantes. De momento, no se tiene constancia de incidente alguno.

Con la entrada de coches prohibida, parejas de jóvenes caminaban por las carreteras de las inmediaciones y preguntaban por la forma acudir a la cita. Al parecer, la publicación de las noticias sobre la fiesta ha causado un «efecto llamada» entre la población local: los extranjeros se marchan, mientras las valencianos se interesan por lo que ocurre en el aeródromo. Todo apunta a que la rave podría ver hoy su punto final tras cinco días de diversión.

La duda reside en saber si se coordinará una cita similar a finales de 2015. Algunos ya esperan su invitación electrónica.