En la cúpula de Compromís subrayan que no permitirán, ni por activa ni por pasiva, que el PP siga gobernando. Pero tampoco renuncian a situar a Mònica Oltra en el Palau, aunque el 24M no convierta a la coalición en la fuerza mayoritaria de la izquierda. La propia candidata aclara sus intenciones respecto al escenario en el que se postularía para ser investida. «Puedo pedir la presidencia si los votos de la izquierda no neoliberal superan a los del PSPV», avisa Mònica Oltra.

Otras fuentes de la dirección explican que el nuevo mapa político será «multipartidista» y no podrá gestionarse con las claves de «la vieja política». Avalan la posición de Oltra al subrayar que el cómputo de escaños hay que hacerlo «en función de políticas y no sólo de siglas», para poner el acento en el bloque Podemos-Compromís-EU, que contraponen al PSPV.

¿Y si Podemos saca más votos y escaños que Compromís? En ese caso, desde el partido de Oltra advierten de que habrá que ver si la diferencia es sustancial a favor de Podemos —«si nos doblan en votos»— para plantearse respaldar a Montiel. Se muestran reacios. «Mònica tiene más experiencia y más capacidad de liderazgo», aseguran para defender a su candidata aunque Podemos les superara.

El planteamiento de Oltra y Compromís evoca el pacto preelectoral del PP y UV en las municipales de Valencia del año 1991 cuando acordaron que entre Rita Barberá o Vicente González Lizondo tendría la vara de mando el que sacara un voto más. Ganó Barberá. Oltra sustituye en su modelo los partidos por bloques ideológicos en la izquierda y se sitúa al frente del que representan Podemos, Compromís y hasta de EU, si entra en las Corts.