La creciente presencia de medusas en las playas del litoral mediterráneo está provocando cambios en el consumo turístico, con un creciente número de personas que huyen de las molestas picaduras, bien buscando playas libres de celentéreos, bien modificando sus lugares habituales de veraneo para evitar nuevos encontronazos.

Un estudio realizado por Safe Sea, un protector solar que actúa también contra las picaduras, revela que un 59% de los españoles siente temor ante la presencia de estos animales y un 30% de los encuestados asegura que ha sufrido alguna picadura en los últimos tres años. La Comunitat Valenciana, con una media de una picadura por año y Baleares con dos, lideran las picaduras.

«Los datos recogidos en la encuesta revelan que la presencia de medusas en las playas afecta directamente a nuestras rutinas vacacionales: un 31% de los encuestados han confesado modificar su destino vacacional si en anteriores ocasiones ha tenido que lidiar con estos animales. Además, ante la presencia puntual de medusas durante la jornada playera un 50% decide no volver a bañarse, un 24% cambiar de playa y solo un 26% se queda extremando las precauciones», dijeron fuentes de la empresa.

La medusa utiliza las células urticantes, llamadas cnidoblastos, como un mecanismo de defensa y alimentación. Cada célula urticante posee un filamento enrollado a gran presión que se activa cuando hay un contacto accidental del bañista con la medusa, que dispara este filamento inyectando gran cantidad de veneno, según explica Veronica Fuentes, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) y experta en medusas.

«Remedios» caseros

La encuesta revela que un 31% de los españoles cree que orinar en la picadura es un remedio eficaz, así como aplicar barro o agua dulce. En realidad, recuerdan, el único remedio útil es aplicar agua de mar y solo un 18% lo conoce.

Afortunadamente, el 77% de los afectados acude a un centro médico, un 9% se salta este paso y va a la farmacia y el 8% recurre s los «remedios» caseros.