«Es muy frustrante por 15 días no tener una beca, pues si no logro financiación me tendré que ir fuera, a Inglaterra, Holanda o a donde sea para poder terminar mi tesis», cuenta Miguel Morard. Este joven bioinformático, cuya tesis versa sobre genómica de levaduras, encabeza la lista de espera de las becas VALi+d en el área de Ciencia y Tecnología de Alimentos, donde dos contratados van a desistir al haber logrado la beca FPU del ministerio. Yolanda Campos, graduada en Farmacia, quiere abordar en su tesis la influencia del dolor crónico en la recaídas de los exalcohólicos. Está segunda en la lista de espera del VALi+d de Biomedicina, y ya sabe que cinco de los becarios van a renunciar tras obtener una FPU. «Espero que se pueda arreglar, porque investigar te ocupa todo el día y no puedes dedicarte a otra cosa, con lo que sin una beca lo voy a tener complicado porque mi madre tampoco tiene trabajo», dice. Su directora de tesis, Lucia Hipólito, profesora de la Facultat de Farmacia de la UV, considera «una barbaridad que se pierdan estas ayudas, y más aún en tiempos de recursos escasos para la investigación».
